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La importancia de la salud visual para el bienestar y la calidad de vida

La salud visual es una parte esencial del bienestar general, y su importancia se vuelve más evidente a medida que envejecemos. Con el paso de los años, es común que aparezcan una variedad de problemas oculares que pueden afectar significativamente la calidad de vida. Entender estos problemas, sus síntomas, métodos de diagnóstico y opciones de tratamiento es fundamental para mantener una visión óptima y prevenir complicaciones graves.

El glaucoma es una afección ocular crónica caracterizada por el daño progresivo del nervio óptico, generalmente asociado con un aumento de la presión intraocular. Este problema puede pasar desapercibido en sus etapas iniciales, ya que a menudo no presenta síntomas hasta que la pérdida de visión periférica es notable. Factores de riesgo como la genética, diabetes y el uso prolongado de esteroides pueden contribuir al desarrollo del glaucoma. Los tratamientos se enfocan en reducir la presión intraocular mediante gotas oftálmicas, cirugía láser o técnicas mínimamente invasivas, como los MIGS. La detección temprana a través de revisiones periódicas es crucial para prevenir la ceguera.

Las cataratas, otra condición común, se caracterizan por la opacidad del cristalino del ojo, lo que conduce a una disminución de la agudeza visual. Aunque la causa principal es el envejecimiento, también pueden resultar de factores congénitos, inflamaciones oculares o cirugías previas. Los síntomas incluyen visión borrosa, fotofobia y dificultad para ver en la oscuridad. La cirugía de cataratas, generalmente realizada mediante facoemulsificación con ultrasonidos e implante de una lente intraocular, es altamente efectiva y permite una rápida recuperación. Esta intervención no tiene límite de edad y puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes.

La presbicia, conocida también como "vista cansada", afecta a casi todas las personas a partir de los 40 años. Es una pérdida gradual de la capacidad del ojo para enfocar objetos cercanos, causada por cambios en la elasticidad del cristalino. Aunque no se puede prevenir, existen soluciones como gafas de lectura y opciones quirúrgicas, como la implantación de lentes intraoculares multifocales, que ofrecen una corrección duradera.

La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es una de las principales causas de pérdida de visión en personas mayores de 60 años. Esta enfermedad afecta la mácula, la parte central de la retina, y puede ser de tipo seco o húmedo. La DMAE seca es más común y avanza lentamente, mientras que la húmeda es más agresiva y rápida. Mantener una dieta saludable, no fumar y proteger los ojos del sol son medidas preventivas importantes. Los tratamientos actuales para la DMAE húmeda incluyen inyecciones intravítreas de antiVEGF, que ayudan a estabilizar la visión.

Finalmente, el síndrome del ojo seco es una enfermedad multifactorial y crónica que afecta la superficie ocular, provocando molestias y posibles lesiones en la córnea y conjuntiva. Su prevalencia es alta, especialmente en mujeres y personas mayores de 50 años. Los tratamientos incluyen lágrimas artificiales, higiene palpebral, y en casos severos, colirios de suero autólogo y tapones lagrimales para conservar la lágrima existente.

Es fundamental tomar conciencia sobre los distintos tipos de problemas visuales que pueden experimentarse con el paso de los años, de cara a conocer aspectos tan fundamentales como la detección de posibles síntomas, los tratamientos a realizar o las mejores estrategias de prevención. Disponer de toda la información necesaria tiene una gran importancia a la hora de cuidar nuestra salud visual.

Por este motivo, hemos consultado con especialistas del Grupo Quirónsalud para profundizar y que nos ofrezcan una valiosa información sobre algunos de los problemas visuales más comunes, mencionados anteriormente: el glaucoma, las cataratas, la presbicia, la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) y el ojo seco.