Opinión | Viento albornés

Abandonen toda esperanza

Tomamos como título una reciente expresión del gobierno, dirigida a los que quieren elecciones generales transcurridos apenas once meses desde las últimas y un año con seis procesos electorales municipales, autonómicos, generales y europeos sin solución de continuidad e interrumpiendo leyes que se acumulan o pequeños retrasos cual el CGPJ o las sentencias a los casos penales del gobierno del PP entre 2012 y 2018, excepto los tocantes a la nueva ley de amnistía.

Fuera de tal contexto, la frase que llevamos al frente, copiada de la ministra portavoz del gobierno Pilar Alegría, tiene una carga enigmática, como la sonrisa de la también ministra de educación -que debiera ser prioridad de todos los gobiernos y no el turismo-, aunque no parece motivo para alegrarse. Es precisamente la esperanza lo que se echa en falta en el discurso de nuestros políticos, respecto a España y a la UE, sin duda contaminado por la estrategia del fangal.

Cuando también adoptó esa expresión la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, dedujimos que alguien en el gabinete, o al menos del sector socialista, había sacado a colación referida al PP la máxima que Dante Alighieri ubicó a las puertas del infierno en su Divina Comedi: «Lasciate ogni speranza voi ch´entrate» (abandona toda esperanza si aquí entras); ello da paso a infernales anillos y el pueblo pide hechos y esperanzas, que algunos manipulan.

Coincidimos con el presidente Pedro Sánchez, y no esperábamos que ningún político de primera línea lo aclarase -sí tratar de capitalizar resultados miserables y pedir urnas a un gobierno constituido hace siete meses-, en que sólo un gran partido ganó con mayoría absoluta las elecciones europeas: la abstención; pero al día siguiente el trío falsete Tellado-Gamarra-Bendodo continuó perorando medias verdades y a los siete días los cuatro puntos de ventaja electoral ya se habían doblado en las encuestas de varios importantes medios de comunicación.

Así mismo, horas veinticuatro después de elegir parlamento en la UE, el portavoz popular Borja Sémper declaró que Sánchez ya se está cociendo a fuego lento (sic), aderezado suponemos con ese tradicional golpe “en diferido” que practicaran con su tesorero y senador Luís Bárcenas o con su presidente y jefe de la oposición Pablo Casado; lo cual lleva a pensar que lejos de abandonar su actitud, los populares reinciden en que actúen todos los que puedan actuar (Aznar) y en usar todo lo que sea necesario (Núñez Feijóo). Mejor Mbappé-Hollande.

Resulta gracioso ver a esas señorías del PP diciendo que han ganado a los rojos, cuando había 61 escaños en juego y los populares alcanzaron 22, mientras los partidos de la investidura de PSOE-Sumar eran 30, ergo nuestra derecha centrada sumaba sin rebozo los 9 escaños ultras de Vox y de Alvise (31). Pensamos que si Pedro Sánchez superó el golpe que antaño lanzara el mitológico Felipe González, no correrá mejor suerte el órdago aznarita.

En cuanto a las clases trabajadoras empobrecidas y sin ascensor social, sean jóvenes o no, volver al manicomio del franquismo nunca será la salida y sí la lápida que precede al infierno dantesco; mientras que derrocar el sanchismo «a la mayor brevedad» como promete don Alberto, debería sustituirlo por ponerse al fin manos a la obra para configurar una alternativa creíble, amén de fichar nuevas cabezas: esa política adulta prometida. n