Vox da el primer aviso al PP y obliga a cambios en el decreto estrella de Mazón

Los voxistas hacen suyo el discurso de la oposición en el primer pleno tras romper el pacto y critican que el texto impulsado por el Consell sobre la simplificación administrativa favorece el «urbanismo salvaje» 

Mazón, Camarero, Pérez Llorca y Barrachina acuden al último pleno de las Corts del curso, este lunes.

Mazón, Camarero, Pérez Llorca y Barrachina acuden al último pleno de las Corts del curso, este lunes. / Ana Escobar/EFE

Diego Aitor San José

Diego Aitor San José

«A corrales», dijeron dos diputadas del PSPV mostrando un pañuelo verde desde la bancada. El gesto taurino que supone la retirada de la plaza de los toros tenía como objetivo poner de manifiesto la marcha de Vicente Barrera del Consell, pero sirvió a las socialistas para visualizar el destino del macrodecreto sobre simplificación administrativa. El que es uno de los planes estrella de Carlos Mazón se convirtió ayer en el primer aviso de Vox tras romper el pacto de gobierno, obligando a que el texto pase por el trámite parlamentario, enmiendas incluidas, entre críticas de fomentar el «urbanismo salvaje», expresión más habitual en la izquierda y que ayer estuvo en boca de los ya exsocios del PP. 

Si la sesión del jueves fue una exhibición de unidad entre PP y Vox, un último baile antes del fin de un gobierno de coalición que ninguna de las dos formaciones quería romper; en la de ayer sonaron los primeros violines de tensión. Más que para despedidas y cerrar asuntos pendientes, el conocido como pleno escoba sirvió para marcar posiciones de cara al futuro. Y ahí los voxistas enseñaron los dientes. 

 De momento, no hay mordisco, como evidenció la pantalla de votaciones ya que de cinco asuntos a debate, PP y Vox votaron juntos en todos, desde aprobar dos decretos de ayudas a ungir al nuevo director de Antifraude. «El pacto de la servilleta está roto, pero la historia de amor continúa», dijo Joan Baldoví, síndic de Compromís. Sin embargo, Vox lanzó una primera advertencia de lo que le puede suponer al PP tenerlos en contra añadiendo más trabas al macrodecreto sobre simplificación administrativa.

El síndic de Vox, José María Llanos, interviene en las Corts, este lunes.

El síndic de Vox, José María Llanos, interviene en las Corts, este lunes. / José Cuéllar/Corts

Este lo aprobó el Consell la semana pasada, con los miembros de Vox todavía dentro. No es un texto cualquiera, es el andamiaje legal sobre el que Mazón aspira a llevar a cabo una de sus grandes promesas: la reducción de burocracia. En él se cambian hasta 29 leyes y 33 decretos de cuestiones muy variadas, lo que ha provocado que PSPV y Compromís lo critiquen tanto por las formas como por el fondo e incluso lo comparen con el que llevó a cabo Javier Milei en Argentina. Entre algunos asuntos, la reducción de controles en los Planes Territoriales o permitir construir chiringuitos a 100 metros de playa.  

A ellos se unió, a medias, Vox, que dio una de cal y una de arena. Los voxistas permitieron su convalidación. Un voto en contra habría provocado que decayeran sus efectos que ya se encuentran en vigor. Sin embargo, pidieron que se tramitase como proyecto de ley, algo que hicieron también PSPV y Compromís y a lo que se unió el PP para no dar la imagen de derrota parlamentaria en el primer pleno tras la ruptura del Consell. 

"Mejorables"

Ahora, el macrodecreto se tramitará como una ley más lo que obligará al PP a negociar posibles enmiendas. «Siempre estamos abiertos al diálogo», indicó el síndic popular, Juanfran Pérez Llorca. Estas propuestas llegarán después de que la diputada de Vox, Ana Vega, señalara que hay cuestiones «mejorables» entre las que señaló que la norma «abre las puertas al urbanismo salvaje» o que fomenta el «turismo masificado», asuntos donde podría contar con el apoyo de la izquierda en una curiosa pinza hacia el PP. 

 «No tenemos intención de desestabilizar el gobierno, pero no tenemos el compromiso de votar a todo a favor», justificó el síndic voxista, José María Llanos, en un mensaje claro hacia el PP al tiempo que también le lanzó a la izquierda: «Si creen que no vamos a llegar a acuerdos con el PP, están equivocados». El acto de fin de curso en las Corts se convirtió en un primer ensayo del próximo.

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