Vox enseña los dientes y añade trabas al macrodecreto de simplificación de Mazón

Los voxistas apoyan la tramitación del macrodecreto ómnibus como proyecto de ley lo que obliga a pasar por enmiendas en las Corts

El síndic de Vox, José María Llanos, interviene en las Corts, este lunes.

El síndic de Vox, José María Llanos, interviene en las Corts, este lunes. / José Cuéllar/Corts

Diego Aitor San José

Diego Aitor San José

Primer aviso de Vox al PP tras la ruptura del Consell. Si la última sesión de las Corts fue una exhibición de unidad, un último baile antes del fin de un gobierno de coalición que ninguna de las dos formaciones quería romper, este lunes, en el que último pleno del curso, los voxistas han marcado terreno ante sus exsocios y han apostado por tramitar como proyecto de ley el macrodecreto ómnibus de simplificación administrativa, un cambio de proceder que ralentiza su validación definitiva y abre la puerta a que haya modificaciones.

Canta Joaquín Sabina que lo peor del amor cuando termina son las habitaciones ventiladas, los solos de pijama con sordina o la adrenalina en camas separadas; cuestiones líricas, mucho menos prosaicas que la política donde lo peor de una relación cuando se acaba es seguirse necesitando. Y no es una relación tóxica ni dependencias emocionales, sino que la aritmética parlamentaria es lo que tiene y el PP sigue dependiendo a Vox si la izquierda no entra en la ecuación, y este lunes, los voxistas se lo han recordado, en ello se juegan su supervivencia.

Porque el llamado pleno escoba ha sido el reencuentro en el parque parlamentario tras la tormenta gubernamental. Y la tarima ha notado la lluvia. No mucho, no hay goteras, pero sí que dejan crujidos. De cinco asuntos a votar, PP y Vox lo han hecho en los cinco (dos de ellos sobre ayudas para el transporte y para el incendio de Campanar con unanimidad también con la izquierda y otro destacado como el nombramiento de Eduardo Beut en Antifraude), pero ha lanzado una primera advertencia de lo que puede suponer tener a Vox en contra añadiendo más trabas al macrodecreto ómnibus sobre simplificación administrativa.

Este lo aprobó el Consell la semana pasada, con los miembros de Vox todavía dentro, y conlleva la modificación de 29 leyes y 33 decretos de aspectos tan variados como la Lotup, la de presupuestos participativos o los planes de igualdad. Vox ha votado a favor de su tramitación, es decir, no lo ha tumbado como sí han tratado de hacer los partidos desde la la izquierda que clama contra las formas y el fondo de los cambios normativos, que incluso lo comparan con el llevado a cabo por Javier Milei en Argentina.

"Necesitamos repasarlo"

No obstante, que no lo vaya a tumbar (lo que hubiera sido que dejara de estar en vigor), no significa que Vox no enseñe los dientes de alguna manera. Y la forma en que lo ha encontrado es pidiendo que se tramite por proyecto de ley, algo que han hecho también PSPV y Compromís y a lo que se ha unido el PP para no dar la imagen de derrota parlamentaria. Esto quiere decir que en vez de haberse quedado ya su tramitación aquí, se abrirá un tiempo de debate público y enmiendas en la cámara autonómica, con posibilidad de que haya cambios por el camino, para lo que el PSPV y Compromís necesitarán a alguno de los partidos de la derecha.

"Necesitamos repasarlo, no agachar la cabeza y decir sí", ha justificado el síndic voxista, José María Llanos, quien se ha estrenado en el papel de socio desde la oposición, ese rol que le tocó jugar a los portavoces de Podem durante el primer Botànic. "No tenemos interés en desestabilizar el gobierno, pero si no estamos en el gobierno, no tenemos compromiso ni necesidad de votar lo mismo", ha agregado, un aviso que después, desde la tribuna, ha lanzado hacia PSPV y Compromís: "Si creen que vamos a hacer su trabajo [de tumbar al gobierno], están equivocados".

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