Precariedad juvenil

El precio de compartir piso se dispara y supera los 360 euros por habitación en València

Un joven debería dedicar prácticamente el 100 % de su salario en pagar un alquiler y los suministros

El 85 % de los menores de 30 no se puede emancipar y uno de cada cuatro está en situación de pobreza

Dos jóvenes que comparten piso en València, en una imagen de archivo.

Dos jóvenes que comparten piso en València, en una imagen de archivo. / José Manuel López

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

Tienes 26 años. Vives en un cuarto sin ascensor con tres compañeros de piso y pagas 360 euros al mes por una habitación. Tienes un contrato de trabajo temporal que no te da para vivir solo. El auge de los alquileres ha provocado que te mudes tres veces en cuatro años. Como los precios han subido un 15 % este año el dueño te comunica que te lo van a subir a ti también. Tu contrato por habitaciones (firmado para sortear la ley de vivienda) te obliga a irte de un mes para otro si no aceptas la subida o simplemente si el arrendatario lo desea. Te volverás a mudar a una habitación un poco más cara, que no podrás dejar a tu gusto por miedo a que no te devuelvan la fianza por agujerear una pared. La alternativa es seguir viviendo (si puedes) con tus padres. La vivienda para los jóvenes no es un derecho, es un privilegio.

Es la realidad de un joven valenciano promedio. También es el dibujo que traza el último observatorio de emancipación del Consell Valencià de la Joventut correspondiente a 2023, que señala que solo el 15 % de los menores de 30 años se ha podido emancipar, y que uno de cada cuatro está directamente en situación de pobreza. Un joven valenciano cobra de media 1.005 euros.

Presentación del Observatorio de Emancipación del Consell de la Joventut.

Presentación del Observatorio de Emancipación del Consell de la Joventut. / Miguel Ángel Montesinos

Otra realidad que destaca el informe es el subidón de los precios de las habitaciones en pisos compartidos, que ya superan sobradamente los 300 euros. Una habitación en un piso compartido cuesta -de media- 360 euros en València, 310 en Alicante y 280 euros en Castelló.

De los pocos jóvenes que se emancipan ya pasados los 30, la gran mayoría lo hacen en régimen de alquiler, y muy pocos logran reunir los ahorros suficientes para acceder a una vivienda, que ya supone casi 12 años de salario de una persona joven, y 3,5 años de sueldo íntegro sólo para la entrada.

El precio medio ha subido un 14,5 % en un año, y el de los suministros un 10 %. Los alquileres se sitúan -de media- en 768 euros, pero la situación por provincias varía: en Valencia cuestan 816 euros y en Castelló 584.

A esto hay que sumar unos 160 euros de media en suministros, lo que suman unos 931. Con un sueldo neto de 1.005 euros, a un joven valenciano le quedarían 74 euros para comida, ropa y ocio si quisiera vivir solo.

Volviendo a la franja de 16 a 29, si un joven quisisera acceder un piso en solitario tendría que destinar más del 100 % de su sueldo en el alquiler, suministros y comida. "Las personas jóvenes se hipotecan para pagar su alquiler. A un joven en España le faltan 76 euros para poder vivir solo de alquiler", critica el responsable del Consejo de la Juventud de España. Para que un joven valenciano pueda alquilar un piso sin endeudarse debería ganar más de 30.000 euros netos al año.

Edificio de alquiler de viviendas en València

Edificio de alquiler de viviendas en València / Levante-EMV

Los jóvenes se emancipan cuando dejan de ser jóvenes

"Los jóvenes valencianos se emancipan cuando dejan de ser jóvenes". Lo afirma el propio observatorio ya que la tasa de emancipación en España ya supera los 30 años y en la C.Valenciana está ligeramente por debajo.

Además de los precios prohibitivos de la vivienda hay que sumar una bajada de la ocupación a tiempo completo y que uno de cada tres menores de 29 tienen contrato a tiempo parcial. La temporalidad también se sitúa en casi un 40 %, a pesar de una bajada del 25 % gracias a la última reforma laboral. La contratación indefinida llega al 60%, tras una subida del 40 % tras la aprobación de esta nueva norma.

Por otra parte, uno de cada tres jóvenes están sobrecualificados para su puesto de trabajo y los "sisis" (que estudian y trabajan) suponen casi el 40 % de la población joven ocupada. "La cifra de ninis es tan baja que no es estadísticamente significativa. El 99 % que no trabaja estudia", dice Álvar Medina, presidente del CVJ.

La firma de hipotecas sobre vivienda retoma las caídas y se hunde un 18,1 % en marzo

Alquiler en València. / Levante-EMV

Recetas para un futuro emancipado

Para revertir esta situación, el CVJ reclama medidas como un plan de vivienda joven con un diagnósstico claro y medidas específicas a corto y largo plazo. Además, piden ampliar el parque público de vivienda, aumentar las ayudas al alquiler y a la compra, y regular los precios del alquiler para evitar abusos.

El Consell insta también a mejorar los salarios de la juventud, que ahora mismo se sitúan en 1.005 euros netos de media, lo que les arroja a una "juventud permanente". "Muchas personas se ven abocadas a compartir piso o vivir con sus padres con 30, 35 o 40 años. A no poder tener hijos, ni siquiera a ocio porque el sueldo no les da para nada más. Por eso la prevalencia de trastornos de salud mental es el doble para los jóvenes y la primera causa de muerte no natural es el suicidio", explica López.

La tasa de emancipación de los jóvenes todavía es la mitad que en el año 2008. "La situación es de una gravedad máxima. Necesitamos que se aplique la ley de vivienda y que se regulen los alquileres. Y para las comunidades que no quieran hacerlo, que tomen medidas efectivas para controlar de verdad la situación. Llevamos demasiados años de inmovilismo", reivindican. "Vivienda, emancipación y juventud no se pueden unir en una misma frase".

Aunque la temporalidad y los contratos indefinidos han mejorado a raíz de la reforma laboral (sobre todo en las autonomías con más diálogo social y huelgas), el Consell de la Joventut reivindica una necesaria subida de salarios. "El mercado laboral no es capaz de absorber el talento de la gente joven, por eso uno de cada tres está sobrecualificado para el puesto", denuncia.

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