Alzira ve "inviable" el barrio bioclimático de alquiler asequible por su elevado coste

El ayuntamiento descarta la propuesta de desarrollo urbanístico del Torrejó del único candidato presentado al concurso público hace un año

Solo adecentar y equipar los terrenos suponía un gasto de ocho millones de euros, sin contar las 300 viviendas

Terrenos del Torrejó pendientes de urbanizar.

Terrenos del Torrejó pendientes de urbanizar. / Agustí Perales Iborra

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

El Ayuntamiento de Alzira ha cerrado, más de un año después, el procedimiento por el que se debía adjudicar la urbanización del barrio del Torrejó. Finalmente, ha descartado la única propuesta jurídico-económica, presentada por la empresa Palinuro 2000, con el aval de dos informes que la califican de «inviable» por su elevado coste. También sostienen que «no cumplía las bases de programación». Se paraliza, de ese modo, el que iba a ser uno de los proyectos estrella de la ciudad: la construcción de un barrio bioclimático con 300 viviendas que ofrecerían alquileres asequibles.

El nuevo ejecutivo, a pesar de conservar a los dos partidos que gobernaban en la legislatura pasada (Compromís y PSPV), enfrió las aspiraciones de sus predecesores tras las elecciones municipales. «No nos oponemos al criterio anterior, pero entendemos que era un proyecto que debía estudiarse con calma. Es cierto que debemos dignificar el Torrejó, pero no queríamos que se convirtiera en el nuevo Tulell. Hubiera sido una temeridad hacerlo porque no tenemos el músculo suficiente para desarrollar políticas de vivienda, necesitamos una mayor implicación por parte de las administraciones autonómica y nacional», explicó ayer el alcalde, Alfons Domínguez.

El consistorio solicitó hace un año, a instancias de la mesa de programación, un informe tanto a la asesoría jurídica del ayuntamiento como a una consultora especializada para analizar en profundidad las consecuencias económicas de un proyecto que, por otra parte, ya estaba en vías de tramitación, al haberse lanzado el concurso público para urbanizar el Torrejó y, en paralelo, el estudio técnico para desarrollar las primeras viviendas.

Entre las trabas que figuran en el informe, la cuestión económica es una de las que tiene un mayor peso. De hecho, según detalló el concejal de Urbanismo, Andrés Gomis, la inversión necesaria para el desarrollo urbanístico del denominado sector PPR-11 rondaría los ocho millones de euros: cerca de 2,3 sería el coste de los viales estructurales, casi dos supondrían su parte a aportar como propiedad y, además, tendría que haberse hecho con todo el suelo residencial ya urbanizado para, a continuación, poder construir el barrio bioclimático del proyecto Europan 16. La factura para el ayuntamiento sería todavía mayor, incluso habilitando la vía de la colaboración público-privada y con la obtención de subvenciones, una vez construidas las trescientas viviendas. «El coste por casa estaría muy por encima de los valores de mercado en la actualidad», añadió el concejal. Además, los documentos señalan también que Alzira ya dispone de suelo sobre el que se puede construir y de edificios vacíos.

Vista trasera del retén de policía.

Vista trasera del retén de policía. / Agustí Perales Iborra

Más adelante se verá

«No renunciamos a urbanizar el Torrejó ni al Europan. Para nosotros, su desarrollo es muy importante. Pero debemos hacerlo bajo unas condiciones que garanticen la sostenibilidad económica del ayuntamiento», resumió Gomis. El edil, al respecto, indicó que el consistorio estudiará nuevas fórmulas y alternativas para ambas finalidades, priorizando aquellas que permitan «un desarrollo por fases y el pago en especia». Aunque la construcción de vivienda no supone una necesidad, el gobierno reconoce las posibilidades que tiene el sector PPR-11, ya que una gran parte del suelo es dotacional. Estaba previsto un nuevo vial de acceso al hospital, aunque el alcalde deslizó que sería un espacio aprovechable para ampliar las infraestructuras deportivas (de hecho, ese fue el origen del desarrollo urbanístico hace treinta años) o para construir un nuevo colegio o un tercer centro de salud que den respuesta al crecimiento demográfico de Alzira.

Quedan por resolver las consecuencias económicas que tendrá para el consistorio el carpetazo definitivo al proceso licitación. Como adelantó Levante-EMV, la única candidata a urbanizar el Torrejó le reclama más de dos millones de euros por los trabajos realizados y la oportunidad de negocio perdida, aunque el ejecutivo local conjetura que el pago sería inferior.

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