La Guardia Civil concluye que el asesinato de Wafaa es un crimen sádico-sexual con ritual de 'bondage'

Imputan a "El Tuvi" la violación de Wafaa gracias a un informe pericial de la Sección del Análisis del Comportamiento Delictivo de la Guardia Civil

La rotura del sujetador de la joven y el encintado de la cabeza y los brazos indican que el acusado alcanzaba la excitación sexual a través de la inmovilización de la víctima y de su dolor

David S. O., El Tuvi, en una comparecencia en los juzgados de Xàtiva

David S. O., El Tuvi, en una comparecencia en los juzgados de Xàtiva / Levante-EMV

/ M. Falcó

Aunque los investigadores estaban convencidos de la motivación sexual del crimen de Wafaa –todos los amigos comunes han declarado por activa y por pasiva que El Tuvi estaba obsesionado con la chica de 19 años, y que ella se negó siempre a tener sexo con él–, los forenses no pudieron pronunciarse sobre si hubo agresión sexual, dada la desaparición de los tejidos blandos en el área genital, provocada por el efecto de la putrefacción.

Ahora, gracias a un informe pericial de la Sección del Análisis del Comportamiento Delictivo de la Guardia Civil (un grupo especializado en la conducta al estilo del FBI) encargado por la acusación particular ejercida por la familia de Wafaa, han cambiado las tornas y David S. O., alias 'El Tuvi', ha podido ser imputado, además de por asesinato, por agredir sexualmente a la joven de la Pobla Llarga, cuyo cuerpo fue localizado dos años después de su muerte en un pozo de 16 metros de profundidad.

El informe, realizado tras un minucioso análisis del sumario, consta de 17 páginas e incluye un cotejo entre imágenes de bondage (práctica erótica basada en la inmovilización del cuerpo de una persona) obtenidas en fuentes abiertas y las fotografías del estado en el que se encontró el cuerpo de la víctima, que como publicó Levante-EMV tenía la cabeza totalmente envuelta en cinta americana y las manos atadas hasta los antebrazos con este mismo elemento.

Excitación sexual con el sufrimiento ajeno

Los expertos de la Sección de Análisis del Comportamiento Delictivo de la Guardia Civil (SACD) estiman que se trata de "un crimen sádico sexual" a partir de distintos elementos, y consideran que esa tipología criminal homicida es la explicación más plausible al hecho de que la chica apareciese desnuda de cintura para abajo y al " inusual encintado de la cabeza y los antebrazos". Todo a ello, a juicio de los agentes, prueba que el "agresor se excitaría sexualmente con la percepción de poder y control al tener a la víctima inmovilizada y privada de sus sentidos", pero también, "como en todo comportamiento sádico sexual, con su sufrimiento y aumento deliberado de su dolor (a través de la tortura y el ensañamiento ejercidos con los siete disparos de balines y los apuñalamientos en zonas no vitales)". Los especialistas de SACD remarcan en su informe que "el sujeto experimenta excitación sexual con el sufrimiento y/o humillación a partir del empleo de la tortura".

Por todo ello, "las evidencias físicas, conductuales y forenses" muestran, desde un punto de vista criminológico, que la escena de bondage dentro de un crimen hacen del sádico-sexual la motivación "subyacente más probable".

Una vez conocido este informe que llegó hace unos días al juzgado de instrucción número 6 de Alzira que lleva el caso desde su incio, la acusación particular solicitó una nueva comparecencia de imputación delictiva. Esta solicitud se enmarca en el artículo 25 de la Ley del Jurado, que establece que está es la fórmula para concretar los cargos en los casos con jurado. Hasta ahora a David S. O. se le había imputado el delito de asesinato de Wafaa pero no el delito sexual.

Esta comparecencia se ha celebrado la mañana de este viernes en el juzgado de Alzira y ha servido, ahora sí, para imputarle la agresión sexual además del asesinato. En otras palabras, para dejar constancia de que "El Tuvi" presuntamente mató a Wafaa después de violarla y torturarla.

Primera declaración ante el juez

Aunque el acusado no estuvo presente físicamente en la comparecencia lo hizo a través de videoconferencia desde el centro penitenciario de Picassent. De hecho, esta ha sido la primera vez que David S.O. ha accedido a declarar en presencia del juez de instrucción número 6 de Alzira desde el día de su detención en junio de 2021. No es sorprendente ya que se ha limtado a reproducir lo que ya había dicho a los dos psiquiatras forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) de Valencia a lo largo de las cuatro entrevistas a las que fue sometido para establecer si es o no imputable, tal como adelantó Levante-EMV.

Al igual que hizo ante los forenses, el supuesto asesino y violador de Wafaa repitió al juez su versión del día de los hechos: que recogió a Wafaa y la llevó al chalé de su abuelo, habitado solo en verano. Llevó una botella de ginebra rosa y «dos o tres gramos de cocaína» que tomaron entre los dos, aunque en el cabello de la víctima no hay ni un vestigio de esa sustancia.

Aseguró que estaban viendo la tele en el sofá cuando ella «de buenas a primeras me pidió mil euros» y que él le dijo que no se los iba a dar porque «y si luego no me los devuelve, qué». A partir de ahí, afirma que discutieron y que ella «me golpeó con las manos en la cabeza», a lo que reaccionó «cogiéndola del cuello».

Sin embargo ayer, a preguntas de la acusación particular, entró en contradicciones cuando confesó el estrangulamiento de la joven desde la espalda, es decir gestualizó un "mataleón" , mecánica homicida compatible con un ataque pero no con una defensa, como alegaba el.

Otras incoherencias que se desprenden de su versión es que cuando le han preguntado por qué no llamó a la ambulancia cuando la chica perdió el sentido por efecto del estragulamiento, la excusa fue la siguiente: "La intenté reanimar pero como no pude le puse la cinta en la cabeza". Cuando el letrado de la familia insistió en por qué no pidió ayuda, la respuesta fue: "Porque si lo denunciaba iba a la cárcel".

Asimismo volvió a dar explicaciones peregrinas cuando fue interrogado sobre si había agredido sexualmente a Wafaa a lo que respondió un rotundo no. Sin embargo, ante los hechos innegables del corte del sujetador de la joven entre las copas y de su desnudez de cintura para abajo, los dos argumentos de peso que han llevado a la Guardia Civil a concluir que fue un crímen sádico sexual, su respuesta volvió a caer en el disparate ya que argumentó que ambas circunstancias obedecían a que le disparó y tiró piedras sobre el cuerpo, meses después de su asesinato cuando lo vio flotar en el fondo del pozo.