"¿Rebajarle la condena al asesino de mi hija? ¿Por qué? ¿Porque Wafaa es extranjera o porque es pobre?"

La madre de la joven de la Pobla Llarga duda de que El Tuvi tenga un trastorno por el accidente

Soraya Taibi posa junto a la foto de su hija Wafaa, en una entrevista con Levante-EMV en 2021. | PERALES IBORRA

Soraya Taibi posa junto a la foto de su hija Wafaa, en una entrevista con Levante-EMV en 2021. | PERALES IBORRA / M.González. Valéncia

M.González.

Soraya Taibi, la madre de Wafaa, ha mantenido siempre un perfil público bajo y ha mostrado una confianza ciega en la Justicia desde una exquisita discreción. Pero ya no puede más. «El juez me lo prometió. La UCO me lo prometió. Yo confío en ellos, pero no puedo más, estoy agotada... Hace casi cuatro años que ese asesino mató a mi hija, que la tiró a un pozo, que no ha dicho nada... ¿Y ahora me dicen que tiene un trastorno mental? ¿Que no sabía lo que hacía? ¿Que le pueden rebajar o quitar la condena? ¿Por qué? ¿Por qué, Dios mío? ¿Es porque mi hija es extranjera? ¿Porque es pobre?».

Soraya grita entre sollozos. Se siente sola. Abandonada. Salvo la trabajadora social que lleva su caso desde antes del asesinato de Wafaa y que ha sido tantas veces su sostén o el apoyo del ayuntamiento y las visitas –ya no las hay– de la Guardia Civil o las palabras del juez, no hay más.

Recupera la serenidad por un pequeño instante en su humilde casa de la Pobla Llarga, donde Wafaa y sus dos hermanos se criaron tras venir desde Argelia. «No me gusta comparar, pero fíjate, en el caso de Marta Calvo, que es anterior, ya ha habido juicio y dos sentencias. Y nosotros seguimos aquí, esperando y esperando, mientras este asesino dice lo que quiere y cuando quiere. ¿Que toma pastillas? ¡Yo también tomo pastillas! ¡Cada mañana! Para levantarme de la cama, para ir a trabajar, para sacar adelante a mis otros dos hijos, que tienen su vida destrozada aunque quieran aparentar otra cosa, para hacer la comida y la compra, para dormir... Para todo eso tomo pastillas. Y para no quedarme encerrada llorando en mi habitación».

«Dicen ahora que tiene trastorno mental por el accidente. ¿Y antes no lo tenía? ¿Para jugar al ajedrez en la cárcel no lo tiene? Ni para ocultar las pruebas en el caso de mi hija y en el otro, el de la chica embarazada, ¿verdad? Ni para tantas otras cosas. ¿No se dan cuenta de que miente? ¿Es que no hay Justicia?».