La Safor

Palma tendrá agua potable este verano al acabar la obra antes de lo previsto

Durante las próximas semanas se llevarán a cabo pruebas de funcionamiento de la tubería que une el municipio con el pozo de Villalonga y también los análisis para confirmar que el líquido es apto

Varios operarios durante la obra de instalación de la tubería

Varios operarios durante la obra de instalación de la tubería / Levante-EMV

Los vecinos y las vecinas de Palma de Gandia han empezado a vislumbrar el fin a una incómoda situación que se alarga ya casi nueve meses, la de que su día a día gire alrededor de la hora de recoger las garrafas de agua que les permiten tanto beber como cocinar. Todo, porque de los grifos de las viviendas, comercios y empresas no sale líquido apto para boca desde el pasado mes de octubre. El problema en el municipio era persistente desde hacía años y había cortes de vez en cuando, pero nunca de la dimensión que ha tenido este.

Pero, si todo sale bien, a lo largo de este verano todo volverá a la normalidad. Y es que, la obra que promovió el ayuntamiento para dar una solución definitiva al problema de nitratos en el agua potable, que consistía en engancharse al pozo de Villalonga del que se abastecen la mitad de pueblos de la comarca ya está finalizada y lo ha hecho, además, dos meses antes de lo que estaba previsto.

Los trabajos se iniciaron el pasado febrero y la previsión era que durara seis meses. Sin embargo, si lo que ocurre habitualmente en la obra pública es que siempre se sufren retrasos, en este caso ha sido al contrario y en lo que es la colocación de la infraestructura necesaria para hacer funcionar el sistema, todo parece haber fluido y ha podido avanzar en unos meses la recuperación del agua potable para los vecinos y vecinas de la localidad.

Ahora queda, según las palabras de la propia alcaldesa, Paula Femenia, el trabajo de preparación. Y es que no basta con construir el tubo y abrir el grifo y a funcionar, ahora hay que hacer diferentes gestiones que pasan, por ejemplo, por la limpieza de la tubería, obtener el permiso de la Mancomunitat de Municipis de la Safor para empezar a utilizar el agua, limpiar la tubería, probar la presión y llevar a cabo un análisis del agua que corre por la infraestructura para certificar que es apta para el consumo, como así se espera y desea.

Todo ello puede conllevar aproximadamente un mes, sobre todo por el tiempo que tardarán a conocerse los análisis por parte de la Generalitat, que es quien debe certificar que cumple con todos los parámetros para que los vecinos y vecinas de Palma de Gandia puedan ya hacer uso de ella.

La obra está financiada incialmente por Aguas de Valencia, que es la firma que gestiona el servicio. Desde el pasado mes de abril, los vecinos y las vecinas han empezado a sufragar ese dinero a través de sus facturas mensuales, a razón de 6,75 euros cada mes que se suman al consumo que cada hogar o negocio tenga hasta llegar al millón de euros que ha costado poner en marcha la infraestructura.

La tubería atraviesa varios términos municipales, ya que pasa, además de Palma, por Ador, Potries y Villalonga, así como la carretera CV-685. Para todo ello ha necesitado obtener permisos de diferentes administraciones, algo que, por suerte, el consistorio palmisano ha obtenido con rapidez, algo que agradecía la alcaldesa, Paula Femenia.

Que los trabajos estén acabados y, obviamente, pagados, no significa que el ayuntamiento no siga buscando financiación a través de otras administraciones. Es algo, sin embargo, que, como reconocía Femenía “aún no hemos logrado” pero que “seguimos intentando”. La alcaldesa recordaba, una vez mas, que “municiipo como Ontinyent, del que es la vicepresidenta de la Diputación de Valencia (Natalia Enguix) sí que ha recibido una ayuda singular de esta administración que a Palma nos ha negado, y de la que 700.000 euros han sido para el ciclo integral del agua”. Femenia recoraba, sin embargo, que esa misma entidad ha negado utilizar el mismo mecanismo para Palma “a pesar de que existía una emergencia”.

Esta situación ha enfrentado al ayuntamiento con la institución que preside Vicent Mompó, con cruce de decalraciones entre ambas e incluso una manifestación que vecinos y vecinas de la localidad protagonizaron frente a la sede de la diputación. El ayuntamiento siempre ha afeado al gobierno provincial (PP y Ens Uneix) que aprobara una moción promovida por Compromís y asumida por todos los grupos en la que se comprometía a ayudar “técnica, jurídica y económicamente” a Palma y, después, no ha realizado ninguna aportación singular y se ha remitido al Pla Obert d’Inversions. La alcaldesa siempre ha defendido que ese dinero no podía destinarlo íntegramente a la obra de la tubería porque dejaba al municipio sin otras actuaciones que necesita.

Durante estos meses, los vecinos y las vecinas de Palma han sobrevivido mediante la entrega de garrafas de agua que diariamente realizaba el ayuntamiento. “He de agradecer la paciencia que ha tenido y está teniendo el vecindario y debo decir que desde el Gobierno local nos hemos sentido muy arropados desde el primer momento”. En este tiempo, el consistorio ha invertido más de 50.000 euros en la adquisición de garrafas, un auténtico dineral para un municipio de poco más de 1.500 habitantes.