Segunda vida con una madre en el recuerdo

Laura está, de alguna forma, recuperando el tiempo. «Durante muchos años tuve que cuidar a mi madre». En lo profesional cambió el rumbo desde ingeniera técnica agrícola a trabajar en una editorial sanitaria «coordinando proyectos editoriales con sociedades médica. Por ejemplo, la preparación de médicos para el MIR.

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Pero también a sociedades científicas tiene másteres, van a congresos... y nos encargamos de prepararles todos los materiales, contactar con los autores, revisar las maquetas, coordinar las videoclases... para decirle a la eminencia si esto hay que revisarlo o no». «Trabajaba en investigación, me gustaba mucho, pero llega un momento que ya sabes, no está bien pagado y mi madre necesitaba cuidados. Una amiga médico me dijo que se necesitaba personas y de València. Esto me permitía estar con mi madre y trabajar. Y ya llevo diez años». Se llama «CTO Medicina. Tengo un despacho en el Colegio de Médicos, pero en el día a día teletrabajo en casa».

Recuperando el tiempo, pero que no fue perdido

Y lo mismo sucedía con las Fallas: «con 25 años decidí no ser fallera mayor por el mismo motivo. No podía irme a un acto sabiendo que podía necesitar ayuda» y no se arrepiente: «No cambio por nada un sólo día que he estado cuidado de ella. Faltó hace dos años y entonces fue cuando mi pareja sí que me dijo que por qué no me hacía fallera mayor. Me presenté y aquí estoy. Ella ha estado muy presente. Por ejemplo, la tela de fallera mayor fui a buscar la que ella se quedó con ganas de comprarme hace unos años. He intentado utilizar cosas que había comprado con ella. Lo tenía todo preparado y además, con mucho valor sentimental aunque no fueran de estreno».

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Llegar el mensaje

No es la más preseleccionada y por todo ello es una forma de desandar un camino empleado en otros menesteres. «Estoy sintiendo que lo que no hacía con 25 años lo estoy haciendo y disfrutando ahora. Por eso, yo no me noto mayor precisamente por eso. Estoy con Paula Raga, que tiene veinte años, y la trato como igual en edad». Por lo que «si mi mensaje llega conmigo, que la ilusión por ser fallera mayor no tiene edad, lo doy por bien empleado». 

Laura, la fallera mayor,... pero no Mengó

Y no, no tiene prisa por dar otro salto en su vida personal. «Primero quiero despedirme de las Fallas. Es lo que me nace. He esperado 37 años». Ahora faltaría rematarlo con un puesto entre las más grandes. Aunque ella parte con ventaja: ya ha sido fallera mayor de València. Al menos, a ojos de compañeros de trabajo: «Fuera me confunden con ella. Claro, trabajas con gente de otras ciudades, de otros países, oyen “Laura” y “fallera mayor”, y como les he dicho que soy “fallera mayor”, creen que se trata de mi, me felicitan... hay mucha pedagogía por hacer. Estaban ilusionados con “mi falla”, la del ayuntamiento, porque era un corazón... ya se lo comenté a Laura Mengó».

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