PP y Vox blindan su ley educativa frente a un 'nuevo' Plurilingüismo de PSPV y Compromís

PP y Vox han blindado en el debate parlamentario su reforma del modelo de enseñanza lingüstica, la llamada ley de Libertad educativa, frente a las enmiendas a la totalidad presentadas por PSPV y Compromís. Por lo escuchado en el hemiciclo, las propuestas que socialistas y valencianistas han defendido este miércoles, basadas en una actualización de la actual norma del Plurilingüismo impulsada por el Botànic, serán tumbadas este jueves por los socios del Consell que harán valer su mayoría en la cámara para dar un paso más en el impulso de su ley, el antepenúltimo trámite antes de su votación definitiva que se prevé antes del 15 de julio.

Un año después de las elecciones, el debate se ha convertido en un giro temporal constante, una especie de multiverso donde tan pronto se hablaba de la futura norma que aprobará la bancada derecha, la ley de Plurilingüismo aprobada por el Botànic en 2018 y las actualizaciones presentadas por PSPV y Compromís, más botánicos que en los últimos meses, con muestra de apoyo cruzado entre los portavoces de ambos grupos. Aunque, por supuesto, el debate se ha ido más allá de los argumentos legislativos y han ido al choque casi personal entre bloques.

El punto lo ha abierto José Luis Lorenz, quien ha tendido la mano al PP para negociar cambios en la ley 4/2018, la ley actual de Plurilingüismo, siempre que se deje de lado la reforma educativa que propone con Vox. Los socialistas han planteado una norma similar a la actual en vigor, aunque más que en su defensa, Lorenz se ha centrado en criticar la ley que plantean populares y voxistas, de la que ha dicho que "arrincona el valenciano", "discrimina" al alumnado en las zonas castellanohablantes, que no tiene un "modelo pedagógico" y que en "ningún país del mundo los padres eligen la lengua en la educación".

Pero la mano tendida solo ha encontrado sujeción en la de Gerard Fullana, de Compromís, a quien los socialistas también le votarán a favor su planteamiento alternativo que tiene, entre principales cambios, situar que el mínimo de eneseñanza en valenciano sea del 50 % o una modificación en las certificaciones de nivel. A partir de ahí, choque directo con la oposición que ha calificado ambas propuestas de no estar "ajustadas a derecho" a la Llei d'Ús i Ensenyament y a la doctrina del TSJ, de ser un "copia y pega ilegal" y de apostar por un "modelo catalanista".

"Sectarismo" vs "canibalismo"

Ha sido el disparo al aire para el cuerpo a cuerpo. Beatriz Gascó, del PP, ha lamentado que el PSPV se haya "dejado arrastrar por el discurso nacionalista de Compromís" y critique el modelo de líneas de castellano y valenciano que ahora volverían con la nueva norma y que, según ha recordado, lo impulsó el gobierno socialista de Joan Lerma en 1984; mientras que Julia Llopis, de Vox, ha cargado contra el "procés a la valenciana" del Botànic y su "fracaso escolar" porque el que, ha dicho, muchos jóvenes se van a estudiar fuera de la Comunitat Valenciana.

Las réplicas no se han quedado cortas. Se ha hablado de "ley caníbal" en la propuesta de PP y Vox, de que los 'populares' han "comprado el discurso a la extrema derecha" o de que el Botànic actuó con "sectarismo"; unos, la derecha, han defendido la "libertad" de las familias para elegir la educación de sus hijos y otros, la izquierda, han planteado que libertad es que los alumnos elegir la lengua en la que se expresan porque conocen varias. Y así, hasta la votación de este jueves, que llevará el debate a las enmiendas parciales a la comisión y posteriormente al pleno, a su aprobación definitiva.

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