La caja de las pedanías se ha quedado a cero

El gobierno del PP aprobará modificaciones de crédito para dotar de recursos a la mayor parte de alcaldías pedáneas, que han agotado el dinero del ejercicio en el primer semestre

San Segundo, con los alcaldes pedáneos.

San Segundo, con los alcaldes pedáneos.

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

Durante ocho años se les llamó «pueblos». Ahora vuelven a ser «pedanías». Con cualquiera de las denominaciones, en València son 17 y, con cerca de 43.000 habitantes, suponen el 5 por ciento del censo de la población. Están representados por quince alcaldes (Benimàmet-Beniferri y La Torre-Fiatanar están unificados) y, al cambiar el color del gobierno municipal, cambian también estos representantes. La semana política en la ciudad ha empezado con una reunión de la alcaldesa en funciones y responsable del área de pueblos, María José Ferrer San Segundo, coincidiendo con el primer mes de funcionamiento del consistorio.

En las semanas previas, las alcaldías han estado enviando «cerca de doscientas» notas interiores a los servicios municipales para solicitar diferentes actuaciones. Esta retahila ha servido a la responsable municipal para considerarlo un reflejo de «la cantidad ingente de problemas que tienen y que con unos alcaldes y alcaldesas que están a pie de calle, escuchando a sus vecinos, se van a resolver pronto».

Alcaldes y alcaldesas pedáneas

Josefa Flores Mena (Poble Nou), Ángel Torrijos García (Borbotó), Mari Carmen Barat Palanca (Benifaraig), Víctor Pons Roger (Carpesa), Rafael Roca Orts (Massarrojos), José Manuel Gimeno Rodrigo (Cases de Bàrcena-Mahuella), Vicente Peris Cursá (Benimàmet-Beniferri), Consuelo Tarazona Minguet (Forn d’Alcedo), María Isolina Verdeguer Soler (Castellar-l’Oliveral), Cristina Peris Planells (Pinedo), Blanca Vilches Navarro (El Saler), Gema Estevens Dasí (El Palmar), María del Carmen Aznar Gabino (El Perellonet), Rafael Aznar García (La Torre) y Manuel Martí Navarro (La Punta).

San Segundo ha aprovechado para asegurar que las encomiendas especiales para estos núcleos de población se habían quedado sin dinero: «En las cajas fijas y el presupuesto para actividades culturales de una buena parte de las pedanías, el gobierno municipal anterior de Compromís y el PSPV se había agotado en cinco meses el presupuesto previsto para todo el año». Algo que se habrían encontrado, al fin y al cabo, los anteriores alcaldes en caso de que el gobierno de izquierdas hubiese continuado. Por lo que, tanto en un caso como en otro, habrá que recurrir a modificaciones presupuestarias «si hay bajas en otras partidas municipales».

San Segundo destacaba que las peticiones responden a necesidades que suelen ser básicas «y que se han empezado a atender lo mejor posible, teniendo en cuenta que estamos en período de verano, pero si los alcaldes no han parado en este tiempo, teníamos que hacer nosotros lo mismo».

Accesos, farolas, ratas, podas...

«Hay cosas que pueden parecer menores, pero que para los habitantes no lo son». Entre las actuaciones destacaba por ejemplo «en el Saler hemos cambiado farolas, hemos mejorado los accesos a las playas y el 31 de agosto hemos quedado para acabar y prevenir la plaga de ratas que se detectó hace un año junto al colegio». Hay muchas peticiones de «podas y alcorques, limpiezas y baldeos... pero también arreglar una fuente y un parque infantil en el Forn d’Alcedo, tener un operativo de control de estupefacientes en Benimàmet, preparar el campo de tiro y arrastre en Poble Nou, mejorar el asfaltado en Pinedo... al final es ambicionar lo grande, pero también lo pequeño».

Más allá de la competencia municipal está una de las cuestiones capitales en estas poblaciones, mil veces reivindicada: la deficiente prestación de servicios sanitarios en los consultorios auxiliares y la falta de ambulancias. «Y este es un asunto que se abordará de manera conjunta desde el Ayuntamiento con la Conselleria de Sanidad», resalta. Con la designación de alcaldes, confirmada semanas atrás, el nuevo equipo de gobierno se ha apuntado un tanto en materia de igualdad: «Hay más alcaldesas que alcaldes pedáneos. Ahora lo que tienen que hacer en no parar, trabajar y ser los ojos del ayuntamiento para que vivir allí sea tan prioritario como en cualquier otra parte de la ciudad».