El desarrollo del Torrejó vuelve a encallar

La paralización del proyecto urbanístico que contemplaba la construcción de trescientas viviendas bioclimáticas abre la vía a una nueva negociación con los propietarios expropiados en los noventa para resolver un conflicto que se alarga 30 años

Terrenos del Torrejó pendientes de urbanizar.

Terrenos del Torrejó pendientes de urbanizar. / Agustí Perales Iborra

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

El desarrollo urbanístico del Torrejó va camino de convertirse en la gran asignatura pendiente del Ayuntamiento de Alzira. Gobiernos municipales de todos los colores han tropezado siempre con la misma piedra. Recientemente, el ejecutivo actual descartó el proyecto gestado durante la pasada legislatura al considerarlo «inviable» desde el punto de vista económico. Sin embargo, cuando se cierra una puerta, se abre una ventana. El consistorio tiene ahora la posibilidad de zanjar un conflicto que se alarga treinta años y los pleitos que de él derivan.

Al menos así lo ven las familias que fueron expropiadas en los años noventa para la construcción de una ciudad deportiva al aire libre que se materializó, finalmente, en la zona de Tulell, junto al Xúquer. La decisión del gobierno local, entonces encabezado por Pedro Grande, de hacerse con los terrenos del bajo Torrejó se topó con el rechazo de los propietarios por las condiciones en las que se planteó. Los terrenos se tasaron con valores no urbanos, cuando el Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad de 1978 y el posterior de 1985 los consideraban urbanos. 

Sentencia del TSJ

Se abrió entonces un proceso judicial que todavía sigue vigente en varios de sus frentes. A pesar de que, en 1999, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana sentenció al consistorio. Los jueces decretaron la nulidad del acuerdo municipal mediante el cual se aprobaba la delimitación del Torrejó de 1994. Dos años más tarde, una nueva sentencia consideró que, una vez se había «anulado el instrumento de planeamiento urbanístico», también decaía «la validez del propio procedimiento expropiatorio y todo su contenido». 

Vista de la iglesia Sagrada Familia desde el Torrejó.

Vista de la iglesia Sagrada Familia desde el Torrejó. / Agustí Perales Iborra

Sin embargo, el paso de los años no remedió el conflicto y algunos de los propietarios de los terrenos del Torrejó mantuvieron abierta la vía judicial al no ser restituida la titularidad de las tierras. Algunos la recuperaron, pero no la posesión. Otros abandonaron la vía judicial.

Concurso europeo

Con la participación de Alzira en el proyecto Europan 16, con el que la ciudad ganó el concurso europeo en el que se presentó la promoción de trescientas viviendas bioclimáticas que se ofrecerían en alquiler a precios asequibles parecía que el desarrollo del Torrejó estaba más cerca. El ayuntamiento tenía en su mano la posibilidad de mejorar la conexión con el hospital, ofrecer una alternativa habitacional novedosa, cerrar el conflicto urbanístico e integrar dos barrios degradados en el entramado urbano

Pero, una vez iniciado el proceso de licitación de la urbanización, el consistorio frenó en seco el proyecto al considerar demasiado elevado su coste económico y se vuelve, ahora, a la casilla inicial.

Permutas

Según explican fuentes de las familias expropiadas en los años noventa, esta decisión puede añadir un nuevo problema al frente judicial todavía abierto. Al estar incluidos en el PAI del Torrejó, se entiende que puede haber un perjuicio para los afectados. No obstante, la opción que se contempla como la más adecuada para zanjar un conflicto que se alarga durante tres décadas es la de buscar una salida amistosa.

Para estas familias, existen dos opciones que ya se plantearon en el pasado y que supondrían el fin definitivo del conflicto. Por un lado, consideran que el consistorio puede plantear una nueva expropiación. Por otro, que se pueden habilitar permutas de parcelas que satisfagan a ambas partes. Con una vía o con otra, el ayuntamiento cerraría una herida abierta treinta años y dispondría de la totalidad de los terrenos para plantear el desarrollo urbanístico que considere más adecuado para esta zona de la ciudad.

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