El consorcio Ribera-Valldigna introduce la reparación y venta de muebles en desuso para reducir los residuos

El nuevo proyecto de gestión contempla una taller para renovar mobiliario y venderlo en el mercado de segunda mano

También se dará una segunda vida a otros voluminosos y al textil 

Un usuario del ecoparque de Carcaixent deposita un mueble en una imagen de archivo.

Un usuario del ecoparque de Carcaixent deposita un mueble en una imagen de archivo. / V. M. P.

El Proyecto de Gestión del Consorci de Residus Ribera-Valldigna que el gobierno del ente tiene previsto aprobar el próximo 20 de junio, un documento que actualiza y adapta a las nuevas exigencias legislativas el plan de trabajo, prevé la creación de un área de reparación de muebles y otros enseres que permita, por un lado, dar una segunda vida a estos artículos y, por otro, reducir el volumen de residuos que acaba en el vertedero. La propuesta inicial contempla la comercialización de estos objetos de segunda mano una vez reparados bien de forma directa o a través de alguna empresa de economía social. Con todo, para garantizar la eficacia del servicio, también se tendrá que modificar la recogida para evitar daños en el transporte e introducir novedades en los ecoparques, con el nuevo que se construirá en Alzira como referencia.

La dirección del consorcio ya ha presentado esta semana el nuevo Proyecto de Gestión a los técnicos de los ayuntamientos que lo integran con la perspectiva de aprobarlo este mismo mes. El documento, como adelantó Levante-EMV, confirma el emplazamiento del futuro vertedero en los terrenos de Guadassuar propuestos por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), a la espera de las autorizaciones correspondientes, pero prevé también la construcción de la denominada instalación 4, una nave de 42.000 metros cuadrados que albergará una nave de 2.100 m2 para preparar la reparación para la reutilización de voluminosos, otra de 1.150 m2 para el almacenamiento de muebles y voluminosos, otra zona de 850 metros para almacenar residuos de la construcción y demolición, una de 1.700 metros para la gestión de residuos de poda, otra de 1.600 para la gestión de colchones y una de 550 para residuos peligrosos.

El gerente del consorcio Ribera-Valldigna, Ángel Rodríguez, incide en que en el horizonte de diez años se tiene que reducir el rechazo a un 10 %, lo que implica que se tendrán que recuperar el 90 % de los residuos que entran en la planta de Guadassuar «para introducirlos de nuevo en el sistema productivo como materia prima secundaria», si bien el Plan de Acción de Economía Circular de la Unión Europea «está exigiendo que el año que viene el 5 % de los residuos que se generan se han de recuperar en preparación para la reutilización» con el mismo uso que tenían antes, una condición que reduce este intervención a los muebles y la ropa, aunque no solo a estas dos familias.

Una nueva nave en Guadassuar también permitirá mejorar la gestión de los restos de poda y de los escombros

Rodríguez señala que, una vez se apruebe el nuevo Proyecto de Gestión, el consorcio solicitará automáticamente la autorización ambiental integrada para activarla instalación nº 4 junto a la planta de selección y la de compostaje que ya están operativas en Guadassuar. «Es tan urgente como el vertedero», comenta. El gerente señala que será el primer consorcio que cuente con una instalación centralizada de estas características, aunque admite que en el proceso de obtener las autorizaciones oportunas y la posterior construcción las naves no estarán finalizadas previsiblemente hasta el año 2026.

Rodríguez aboga por promover «una buena recogida de ropa» que evite que el residuo textil se mezcle con otros desechos en el contenedor y, del mismo modo, promover una recogida ordenada de aquellos muebles que cualquier familiar prentenda retirar.

«Habrá dos líneas de entrada, una para aquellos que no valen ya la pena y se pretende aprovechar la madera o los metales, y otra para muebles que estén en condicoines de uso y que, con un lavado de cara, se pueden vender como de segunda mano», explica.

Las nuevas instalación no solo permitirán realizar estas reparaciones de muebles, columpios infantiles o bicicletas, sino que también servirán para mejorar la gestión de los restos de poda y de los de obra y demolición.