Opinión | Reflexiones

El éxito de la apariencia

Qué más da lo que eres si lo que importa es lo que aparentas. Vivir en tiempos de excesos de interacción y comunicación dificulta que la sociedad respire. A veces, incluso que piense. De ahí surge la fugacidad y fragilidad que caracteriza al mundo actual.

Un contexto que favorece que la política se maquille para la ocasión. Como ha hecho, por ejemplo, Marine Le Pen con Agrupación Nacional. Solo así se explica el espectacular crecimiento de esta organización creada en los años setenta por exmiembros de las SS, y que cuenta en su haber con perlas fundacionales como la negación del Holocausto. Pues bien, tanto ha sido el esfuerzo cosmético que, recientemente, la propia Le Pen lideraba la iniciativa de expulsión de Alternativa por Alemania (AfD) del grupo de ultraderecha en el Parlamento Europeo, Identidad y Democracia, tras afirmar su líder que no todos los nazis eran criminales. Algo parecido, salvando las distancias, ha hecho la italiana Meloni, con Hermanos de Italia: ultra de puertas adentro y europeísta hacia afuera. Pragmatismo crónico.

Verdaderas operaciones de estética que llevan a planteamientos engañosos que, a su vez, entrañan el peligro de permitir que fuerzas políticas con raíces claramente xenófobas, obtengan un apoyo electoral tan amplio. Tanto es así que, Francia camina en el alambre hacia las legislativas convocadas por Macron tras la victoria de la extrema derecha en las pasadas elecciones europeas. Una prueba de fuego para la democracia en este país y, ya veremos, qué alcance tiene a nivel europeo su onda expansiva.

Cómo evitar que la estética nutra el relato político en tiempos de excesiva apariencia es francamente difícil. Probablemente, las tendencias sociales de esta época, de alguna manera, estén favoreciendo la permeabilidad en la ciudadanía de los discursos cargados de demagogia con los que estos partidos nutren su relato. Todo apunta a que la línea entre las modas actuales -basadas en la banalidad de la apariencia- y la capacidad que muestra esa zona oscura de la política para penetrar en la sociedad, es muy fina. De alguna manera, el auge del fenómeno de la extrema derecha a nivel global, es el éxito de las formas con la que consigue camuflar sus verdaderos postulados.