Tribuna

Es más fácil llegar al Castillo de Sagunto que ver nuestros mosaicos

Pilar Madrid reflexiona sobre el tráfico en la Ciutat Vella y el estado de parte de su patrimonio

Señal policia local en la calle Mayor de Sagunt

Señal policia local en la calle Mayor de Sagunt / Levante-EMV

Pilar Madrid

-Perdone, ¿para ir al castillo?

Miré de reojo y con desagrado el coche rojo que había frenado a mi lado, era la tercera vez que esa mañana, alguien me hacía la misma pregunta. Observé pegando un soplido a los dos turistas que me miraban sonrientes desde el interior del vehículo. Pensé en mandarlos a la playa, pero como tenían cara de buenas personas, me apiadé de ellos y les indiqué lo mejor que pude donde podían aparcar, haciendo hincapié y recalcándoles que hasta la puerta del castillo con el coche no, solo tienen acceso los vecinos de la calle. Se despidieron amablemente y yo seguí mi camino al horno, con la bolsa del pan en la mano. No había dado ni tres pasos, cuando divisé a lo lejos una autocaravana que aminoró la marcha al pasar a mi lado.

-Por favor señorita ¿Para ir al castillo?

Lo miré con cara de pocos amigos, ¿en serio? Volví a resoplar, a ver, a ver, ¿Dónde mando a este? ¿Lo mando a Petrés? Pensé. Pero como yo no soy capaz de eso y el guiri lechoso de ojos verdes y pómulos enrojecidos por el sol, me recordó a mi hijo, pues volví a explicar otra vez donde tenía que aparcar y como subir “A PIE” hasta el castillo. Estaba yo en esas explicaciones, cuando me pareció oír, la voz de una mujer que provenía del interior de la caravana. Estiré el cuello agudizando los oídos, para escuchar, lo qué me estaba preguntando.

-¿Le pregunto por los Mosaicos? ¿Tienen ustedes mosaicos, verdad?

-Pues mire usted señora, haberlos los hay, pero no sé ande andarán.

Dije con gesto pensativo, imitando al paisano de mi madre, José Mota. Que yo sepa, en el museo solo hay dos trozos de suelo, pero mosaicos con teselas, ni uno y mira que tenemos algunos, pero yo, nunca los he visto. Deben estar almacenados por ahí, en algún lugar…...

La verdad que la pregunta de la guiri, me hizo pensar en dónde estarían. Así que como mi inquietud y curiosidad no dejaban de bombardearme la cabeza, aquella misma tarde, me dirigí al Museo adentrándome en la calle Mayor. Y como a la altura de la Ermita de San Miguel, me salió al encuentro “Carmensín, La filla del negre". Habíamos ido juntas a clase y nuestra relación consistía en encuentros casuales por la calle.

Levantó la barbilla y me miró con el ceño fruncido. Las saguntinas, hemos adquirido la capacidad con el paso de los años, de comunicarnos con gestos, la entendí perfectamente, aquello significaba, “¿dónde vas con la que está cayendo?”

-Pues mira, voy al museo a ver si tenemos mosaicos –la informé.

Volvió a fruncir el ceño, pero esta vez con la barbilla baja. Aquello significaba, “espera que piense que yo si lo sé”. La miré en silencio esperando su respuesta.

Hasta que un minuto después, pronunció las primeras palabras.

-El del Musical, ¿te acuerdas qué sacaron uno cuando hicieron las obras?

En esa conversación estábamos, cuando paró a nuestra altura un coche rojo descapotable conducido por una señora rubia despeinada.

-¿Para ir al castillo?

Nos preguntó, sin el por favor ni nada, yo resoplé, Carmensín, me miró con risa maliciosa y me levantó la mano, a lo que yo entendí, “vete a lo tuyo y déjamela a mí, que esta no va a ver el castillo hoy”

Me alejé levantando también la mano y la vi acercarse al coche, mientras la oía decir.

-Pues mire, por aquí no puede circular porque es solo para vecinos de la calle, gire usted por ahí a la derecha, luego siga recto para abajo hasta llegar a una rotonda que da a la estación, hace usted la rotonda a la izquierda y siga recto, verá un puente, pues ese puente todo recto para abajo. Que tenga usted un buen día.

Al escucharla, no sabía si reírme o llorar, la estaba mandando a la playa, pero me centré en lo mío caminando rápidamente, dirigiéndome al museo.

CONTINUARÁ…………………