Dénia, la costa de los prodigios: avistan más de 60 ballenas desde abril

Los científicos han logrado hacer seguimiento de los rorcuales que pasan por el cabo de Sant Antoni: han llegado a aguas de Lisboa, Oporto y al golfo de Vizcaya

Dos ballenas rorcuales, en aguas de Dénia

Dos ballenas rorcuales, en aguas de Dénia / Levante-EMV

Alfons Padilla

Alfons Padilla

La ciencia mira a la costa de Dénia. Y tampoco le quintan ojo los 155 voluntarios (su labor es esencial) que este año se han inscrito en el programa de la asociación Eucrante de avistamiento desde tierra (la torre del Gerro es un excelente observatorio) de cetáceos. Los investigadores quieren saber más de por qué se arriman tanto a tierra las ballenas que cada primavera y verano migran desde el mar de Liguria al sur. Pasan tan cerca que incluso desde la terraza de restaurantes de les Deveses, en el litoral norte dianense, y de les Rotes se ve ese chorro que lanzan al emerger y respirar. Los rorcuales llegan al cabo de Sant Antoni, en Xàbia, y o, en algunos casos, al Cap de la Nau y ya se pierden mar adentro.

Los primeros avistamientos se han registrado este año en abril (más pronto de lo habitual). Y hasta ahora, señala el guardacostas de Dénia Toni Martínez, se han visto y registrado más de 60 rorcuales. "Han pasado muchos más, seguro, pero para registrarlos tenemos que validar todos los datos. No nos sirve que un navegante nos diga que ha visto ballenas. Debemos confirmarlo. Este año ya hemos tenido citas en abril, y junio ha sido un mes de avistamientos prácticamente diarios", afirma Toni Martínez, que pertenece a una familia de pescadores de Dénia y habla con gran conocimiento de la riqueza marina de Dénia, Xàbia y la reserva marina del cabo de Sant Antoni.

El avistamiento de ballenas rorcuales por las costas de Denia y Jávea deja estas impactantes imágenes

PI STUDIO

"Ahora se está volviendo a ver caballitos de mar en esta costa. Habían desaparecido totalmente", advierte, y explica que la preservación de las praderas de Posidonia oceanica, de la Cymodocea nodosa y la Caulerpa prolifera está contribuyendo a que el Hippocampus haya regresado a estas aguas.

Toni Martínez conoce este litoral como la palma de su mano. Forma un equipo excepcional con otros responsables del proyecto Cabo Rorcual, como su director científico, Eduardo Belda, de la Politècnica de València; la ambientóloga y experta en ecosistemas marinos Blanca Feliu, de Eucrante, o el especialista en cetáceos Eduard Degollada, presidente de Edmaktub. Todos ellos, junto a los voluntarios, hacen mucha pedagogía y tratan de desentrañar el misterio del paso de decenas de ballenas por las aguas de la Marina Alta.

Y la pedagogía funciona. La mayoría de los navegantes cumple las normas de no acercarse a las ballenas ni cruzarse en su rumbo. Las avistan a distancia. Desde catamaranes como los de Mundo Marino, se han realizado, sin arrimarse a las bellanas ni incordiarlas, avistamientos memorables. "Es una experiencia que nunca olvidas", destaca Martínez.

Avistan ballenas rorcuales en la costa de Dénia

Ayto. de Dénia

Esa imagen de otros años de embarcaciones de recreo siguiendo y casi hostigando a los rorcuales se ha conseguido desterrar. Los navegantes están cada vez más concienciados.

Mientras, la investigación avanza. Uno de los objetivos de las últimas campañas era marcar y poder seguir la migración que realizan estos animales. Bajan desde el mar de Liguria. Pero no se sabía si cruzaban el estrecho de Gibraltar y salían al Atlántico. Los científicos han podido localizar a ballenas que pasan por Dénia en aguas de Lisboa y Oporto y en el Golfo de Vizcaya.

El guardacostas de Dénia recuerda que hace 18 años fue cuando empezó a llamar la atención del mundo cientítico el avistamiento de ballenas en estas costa. Ese primer año se pensó que los rorcuales andaban despistados y habían aparecido en estas aguas de casualidad. Pero el segundo y el tercer año los científicos ya se convencieron de que había un patrón migratorio. "Hace dos sábados hubo un avistamiento de una ballena que nadaba en dirección norte, al contrario de lo habitual, puede ser que estuviera buscando a su cría; no los sabemos. Todo esto es importante para la investigación", apunta Martínez.

Contemplar ballenas desde la terraza de un restaurante

Este experto navegante, quien lo sabe todo de esta costa (conoce los nombres de los hitos geográficos que históricamente han utilizado los pescadores para orientarse), advierte del privilegio que es que en Dénia, desde la terraza de un restaurante de les Rotes, se pueda contemplar ballenas. "¿En qué otro lugar ocurre eso?"

Toni Martínez ejerce de guía en una salida al mar con los periodistas. No hubo suerte. Esta vez las imponentes ballenas no se dejaron ver. El guardacostas describe el fragor del soplido que estos animales hacen al respirar por el espiráculo, la elegancia con la que se deslizan por el agua, la sorpresa de verlas de pronto emerger e incluso los saltos que dan (antológico fue el avistamiento de ballenas yubartas o jorobadas en 2010, cuando saltaron e hicieron piruetas ante el cabo de Sant Antoni). Es un apasionado y un sabio del mar. Es un lujo escucharlo y navegar por esta costa y comprobar el gran trabajo que desarrollan las entidades del proyecto Cabo Rorcual.

Además, este servicio de guardacostas cumple otros muchos cometidos. Controla que se respeten las normas de navegación en la reserva marina. Vigila que no esquilmen la riqueza de fauna los pescadores furtivos. Recoge plásticos que flotan en el mar. Hace seguimiento también de otros cetáceos (los avistamientos de delfines son habituales) y de tortugas marinas. Su labor es fundamental para preservar la riqueza marina y hacer pedagogía entre todos aquellos que surcan estas aguas.