Comienzan las obras para rehabilitar y convertir en hotel la gran casa señorial del siglo XIX de Xàbia

Es una de las joyas de la arquitectura ecléctica de la burguesía de la pasa y los trabajos se están llevando a cabo bajo un escrupuloso control arqueológico

La rehabilitación de la histórica Casa dels Bolufer ya ha comenzado

La rehabilitación de la histórica Casa dels Bolufer ya ha comenzado / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Es uno de los proyectos privados de rehabilitación que más ilusionan en Xàbia. Abrir un hotel en pleno centro histórico dará impulso a un núcleo que despierta tras décadas de cierre de comercios y de éxodo de vecinos. El casco antiguo, de callejuelas y vestigios arquitectónicos góticos (arcos, portales, ventanales, jambas...), resurge.

Ha sido terminar las fiestas de Fogueres y comenzar las obras de rehabilitación de la Casa dels Bolufer, una de las grandes joyas de la arquitectura de la burguesía de la pasa de la Marina Alta. Los trabajos se están llevando a cabo bajo un escrupuloso control arqueológico. Este inmueble es Bien de Relevancia Local. Además, está en el ámbito del Bien de Interés Cultural (BIC) de la iglesia gótica de Sant Bertomeu.

La rehabilitación y transformación en hotel (esta casa señorial tiene unas características arquitectónicas que la hacen idónea para un alojamiento "boutique", es decir, con historia y encanto) permitirán reabrir este inmueble tras permanecer cerrado desde 1939.

La histórica casa está junto al Mercat Municipal y junto a la iglesia gótica de Sant Bertomeu

La histórica casa está junto al Mercat Municipal y junto a la iglesia gótica de Sant Bertomeu / A. P. F.

Los antiguos dueños, la familia Bover, descendientes de los Bolufer, vendieron hace unos meses esta casa que estaba llena de recuerdos, pero cuya restauración era un imposible. Es el drama del gran patrimonio de la Marina Alta de las casas históricas. Los herederos no pueden asumir obras que cuestan un dineral.

La Casa dels Bolufer lleva cerrada desde 1939. Tras la guerra civil, se utilizó como prisión. Su dueño, entonces Rafael Bover, un médico que luchó contra la lepra y de ideas liberales y muy avanzadas, no quiso que la familia volviera a una casa que le traía tan tristísimos recuerdos. Desde entonces ha estado deshabitada. Conserva muebles antiguos y decoraciones muy notables. Los estucos de estilo neoclásico, los bellos zócalos y pavimentos (los azules del «gabinete de las señoras» son extraordinarios) y los arcos y dinteles de tosca le dan a este inmueble un gran valor patrimonial.

Compleja restauración

Ahora todos esos elementos de valor se restaurarán con esmero. Las obras de rehabilitación se presumen complejas. La casa está muy deteriorada. Hay que salvar los vestigios arquitectónicos de la época de la pasa y, al mismo tiempo, transformar el inmueble en un confortable hotel.