El impacto de la Comunidades Energéticas en las redes de distribución
Este modelo se basa en la colaboración entre agentes para generar, usar y gestionar la energía
El avance del cambio climático y la inflación, especialmente, en los precios de la energía son dos de los factores que explican la preocupación por desarrollar modelos energéticos de autogestión en la que los consumidores se convierten en prosumidores.
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Una vez se ha consolidado el modelo de las comunidades energéticas llega el momento de analizar cómo integrar este modelo en la red de distribución para analizar su impacto y viabilidad.
Una apuesta por la energía de proximidad para avanzar en autoconsumo y atajar los costes
En el Instituto Tecnológico de la Energía (ITE) llevan más de 30 años dedicados al sector energético, transfiriendo el conocimiento y tecnología desarrolladas a las empresas para que puedan ganar en competitividad, pero también de cara a mejorar entre todos y todas la sociedad en la que vivimos y que sea más sostenible. Una de las soluciones tecnológicas en las que trabaja este Centro Tecnológico son las comunidades energéticas (CELs) a través de proyectos de I+D+i como GIRECEL (apoyado por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial, Ivace).
Las comunidades energéticas optan a ayudas para instalar renovables
Qué es una comunidad energética
Estas comunidades energéticas consisten en una manera diferente de generar, usar y gestionar la energía de forma colaborativa entre diferentes agentes (administraciones, empresas y ciudadanía). Así, se favorece que el sistema energético sea cada vez más colaborativo, sostenible, eficiente y justo. Es aquí donde el autoconsumo cobra un papel esencial y usuarios y usuarias se convierten en protagonistas.
Diferentes perfiles de empresas y entidades como distribuidoras eléctricas, instaladores eléctricos y administraciones locales y regionales, entre otros, ya se han puesto al día en esa nueva manera de producir, gestionar y utilizar la energía desde un punto de vista colaborativo. Las comunidades energéticas (CELs) son una figura de la cadena de valor socioeconómico del sector energético que favorece un nuevo modelo encaminado a la transición energética.
Un modelo de “alto componente social”
Residenciales, empresas y municipios ya han optado por esta fórmula energética más eficiente y, de hecho, también se está avanzando hacia una gestión inteligente de las CELs. Desde el Instituto Tecnológico de la Energía (ITE), Alejandro Belinchón -investigador en el área de Smartgrids y Algoritmia, comenta que los beneficios de proyectos de I+D+i como Girecel son muy diversos: “El propio concepto de Comunidades Energéticas tiene un alto componente social, las propias personas se agrupan con el fin de poder decidir sobre la gestión de la energía que emplean buscando un uso social y energéticamente sostenible. Por otro lado, este tipo de nuevas soluciones locales y autoconsumos compartidos permiten que puedan ser implementadas tanto en entornos rurales como núcleos urbanos, y esto hace que se reduzca la brecha entre ambos entornos”.
Como coordinador técnico del proyecto Girecel, Belinchón explica que tiene como objetivo “el desarrollo de un modelo dinámico de comunidad energética local que permita evaluar la respuesta temporal de las comunidades energéticas locales en la red de distribución de cara a analizar su impacto y viabilidad, también se ha creado una herramienta web a través de la cual se pueden observar dónde están situadas las CELs de la Comunitat Valenciana. Además, este proyecto permite evaluar de manera simulada la constitución de una comunidad energética determinada, gracias a la integración en el laboratorio Gamma, ubicado en las instalaciones del ITE”.
De esta forma, los municipios, empresas y las comunidades energéticas que se incorporen a este sistema de gestión, podrán posicionarse de manera diferenciadora en la gestión de sus instalaciones de autoconsumo y autoconsumo colectivo. Además, la gestión de la energía se encuentra en el centro tanto de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible como del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático.
El proyecto Girecel, con expediente IMDEEA/2022/18, está cofinanciado por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace) y por la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).
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