Los cernícalos se habitúan a formar parte de la fauna urbana de Alzira

La presencia de aves rapaces es cada día más frecuente

Las últimas crías rescatadas constatan que se han habituado a anidar cerca de los humanos

Un cernícalo ante un edificio de Alzira

Un cernícalo ante un edificio de Alzira / Vicent M. Pastor

Las aves rapaces se dejan ver cada vez más en entornos urbanos. Alzira es un claro ejemplo. El rescate de pequeños cernícalos se ha convertido ya en costumbre. La llegada del verano marca el inicio de la época de cría, por lo que no resulta nada difícil ver a los ejemplares adultos que surcan el cielo en busca de comida y tampoco es infrecuente oír a sus crías, ya que los nidos aparecen en los enclaves más insospechados. En ocasiones en las terrazas de viviendas situadas en edificios de gran altura o, como ocurrió hace apenas unos días, en el polideportivo Pérez Puig de la capital de la Ribera Alta.

Los expertos aseguran que las aves rapaces son animales muy oportunistas. Si los alimentos escasean en un lugar, buscan otro que les brinde más oportunidades de supervivencia. Suelen habitar en prados y eriales donde abundan los insectos o pequeños mamíferos como los ratones, que son la base de su dieta. En pleno vuelo son capaces de detectar a su presa y caer en picado para abrir sus garras y apoderarse de ella.

Tierras abandonadas

El abandono de campos de cultivo se ha transformado en uno de sus grandes aliados. La proliferación de maleza multiplica la presencia de la pequeña fauna que asegura el sustento alimenticio de esas aves, que no son tan grandes como los halcones, pero que cuentan con un prodigioso vuelo aerodinámico que les ayuda a capturar con facilidad sus presas.  

La presencia de huertos o casetas rurales abandonadas se convierten en buenos refugios para estas aves rapaces. Son su medio natural y prefieren vivir alejadas de los humanos. Sin embargo, en los últimos años, también han escogido anidar en espacios urbanos. En la ciudad suelen optar por edificios de cierta altura que les garantizan mayor visibilidad

La llegada del calor intenso les hace más vulnerables: se deshidratan y pierden fortaleza

Hace ocho años dos jubilados alcireños comprobaron que los cernícalos habían anidado en una de las jardineras de sus ventanas, en un séptimo piso en la Plaza del Reino. En aquella ocasión fueron seis los polluelos que lograron salir de los huevos depositados en la terraza. Los dos ancianos se encariñaron con las crías y las alimentaron durante meses con carne hasta que los ejemplares ganaron tamaño y autonomía para alzar el vuelo y marcharse. Poco tiempo después se localizó otro nido a poca distancia de allí, en el edificio de Telefónica situado en la avenida Luis Suñer.

Las palomas, otra oportunidad

La abundante presencia de palomas en el entorno urbano es una gran oportunidad para las aves rapaces. Pero si la comida escasea han llegado a extraer jilgueros, canarios o periquitos de jaulas domésticas en balcones para comérselos. La presencia de gatos, sin embargo, supone una gran amenaza para los cernícalos. Con la llegada del intenso calor se deshidratan, encuentran dificultades para mantener el vuelo o se tiran del nido porque no pueden soportar temperaturas tan altas.

Crías de cernícalos rescatadas la semana pasada en un polideportivo de Alzira

Crías de cernícalos rescatadas la semana pasada en un polideportivo de Alzira / Consorci de Bombers

La presencia de nidos en fachadas y balcones se había normalizado, aunque ahora se les ve también con frecuencia en naves o casas de campo abandonadas.