CANDIDATAS A FALLERA MAYOR DE VALÈNCIA 2024

La niña que protagonizó un «milagro de Fallas»

Arantxa González Martínez. Falla Camí Nou de Picanya. 29 años

Arantxa Gonzalez Marquina (Cami Nou de Picanya-Nicolau Primitiu)

Arantxa Gonzalez Marquina (Cami Nou de Picanya-Nicolau Primitiu) / M. Domínguez

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

Arantxa tiene su punto de milagro de vida. «Mis padres me estuvieron buscando durante ocho años y no llegaba. En casa decidieron que mi madre fuera fallera mayor de la comisión para tratar de animarla. Y, cuando incluso ya estaban empezando a mirar papeles de adopción, ese 1 de marzo, el día de su cumpleaños, se enteró de que estaba embarazada. Todos los sueños cumplidos a la vez. Por lo que puedo decir que pasé esa Ofrenda en la barriguita de la fallera mayor, aunque imagínate lo pequeña que sería».

Tercera Fonteta consecutiva

Apenas una fallerita del tamaño de una uña que tendría que esperar a nacer el 1 de octubre y a desfilar con cinco meses ya en un carrito. Por todo ello se siente afortunada: de haber llegado y haber disfrutado de la vida. Ahora, con su comisión, Camí Nou de Picanya-Nicolau Primitiu, afrontan la tercera Fonteta consecutiva después de Marta Tendero -la protagonista de aquella gran confusión del otoño de 2019- y de Patricia Cariñena el año pasado.

Arantxa González, en el momento de escuchar su nombre en la preselección

Arantxa González, en el momento de escuchar su nombre en la preselección / Fotofilmax

Arantxa Gonzalez defiende sus opciones con el número 63

Arantxa Gonzalez defiende sus opciones con el número 63 / M. Domínguez

Gestión de enfermería

Con su Fonteta, Arantxa completa un año «muy bonito como fallera mayor, lo que me ha ayudado a superar altibajos emocionales en lo personal. Ser fallera mayor y ahora ser preseleccionada me ha dado la vida. Todo tiene sentido». Patraix repite comisiones en la preselección mayor (Camí Nou y Archiduque Carlos-Xiva) y las dos (Arantxa y Alba Sabater) son enfermeras. En el caso de Arantxa, sumergida en labores de gestión. «Estoy en la dirección de Atención Primaria del Hospital General de València. Es trabajo de despacho. Presido además las comisiones de Igualdad y Violencia de Género. Es una parte más desconocida de la Enfermería».

Está ocupando desde 2020 una Reserva de Plaza y reconoce que tiene una situación muy favorable: «Trabajo de lunes a viernes, de 8 a 15 horas». Lo que se dice disponibilidad fallera absoluta. «También me gusta la parte asistencial y sé que, en algún momento, también la retomaré». De esa época recuerda el tiempo de haber estado «en una Unidad de Conductas Adictivas, con drogodependientes, en la calle Guillem de Castro».

Camino de Picanya fue una de las comisiones que hizo parón en 2021 y decidió no plantar, por lo que su antecesora tuvo las fallas frustradas de 2020 y después las casi normales del todo de 2022. «No tuve problemas para ser fallera mayor porque en mi falla va por antigüedad y cuentan también los años de infantil. Yo soy fallera desde que nací, con lo que iba con 29 años». Ya había sido infantil en 2004 y ahora a quien le toca es a su padre. «Fue presidente en 1996 y ahora, casi 30 años después, ha vuelto a serlo formando parte de una comisión gestora». Con su particular vaivén geográfico: «mi padre es de León y mi madre de Tomelloso. Se conocieron en Quart de Poblet porque los abuelos, unos y otros acabaron allí, aunque mi padre también estuvo viviendo en Suiza». Una historia sin límites, como la de la propia Arantxa.