85 años de la ruta aérea que cambió los viajes desde Valencia

Este 27 de julio se cumplen ocho décadas y media desde que Iberia realizó por primera vez con un avión Junkers JU-52 la conexión entre Madrid y el ‘cap i casal’. Esta línea, hoy operada a través de la alianza con Air Nostrum, sirve como puerta para viajar a 142 destinos de España, Europa y el mundo

El avión Junkers JU-52 con el que se operó por primera vez la ruta Madrid-Valencia.

El avión Junkers JU-52 con el que se operó por primera vez la ruta Madrid-Valencia. / Iberia

Juanma Vázquez

Juanma Vázquez

Corría el verano de 1939, tan solo tres meses después de que España experimentara el final de la cruenta Guerra Civil que derribó buena parte de sus conexiones internas, cuando Valencia vivió un momento que cambiaría el futuro de sus viajes. El 27 de julio de aquel año se convertía en el día en que Iberia unía por primera vez Madrid con el territorio valenciano. Un hito, al que seguiría la conexión aérea del ‘cap i casal’ con Barcelona en agosto, que en menos de dos semanas cumplirá 85 años de vigencia. Un tiempo destacado en el que se ha transformado no solo cómo se viaja entre ambas ciudades –con la aparición de una alta velocidad que coge cada vez más fuerza–, sino también el motivo que muchas veces lleva a escoger un vuelo como opción preferida.

Y es que, ocho década atrás, ese vuelo entre ciudades operado por Iberia tenía como protagonistas a los aviones Junkers JU-52 –compuestos de tres motores y con dos pilotos de la compañía como única tripulación–, que eran los únicos que efectuaban el trayecto. Con un máximo de 16 pasajeros a bordo, estas aeronaves solo podían volar a una velocidad de 238 kilómetros por hora y, como límite, a una altitud máxima de 6.800 metros, valores muy alejados de los estándares actuales, pero un prodigio tecnológico para aquellos pocos afortunados que podían disfrutar de esta conexión entre ambas ciudades.  

Edificio de Iberia en València, en una imagen de archivo.

Edificio de Iberia en València, en una imagen de archivo. / Iberia

Un cambio de horizonte

Hoy, sin embargo, esta ruta ya no sirve únicamente como inicio y final –conexión punto a punto– de los viajes, sino más bien como una ruta de paso para que cuatro de cada cinco viajeros den hoy el salto desde el aeropuerto de Barajas a otro enclave español, europeo o, directamente, de largo radio (más de cuatro horas y media de vuelo). 

Lo hacen a bordo de uno de los aviones que desde 1998 son operados –vía acuerdo comercial con Iberia– por la aerolínea valenciana Air Nostrum, una alianza que se traduce hoy en 42 vuelos semanales entre ambas ciudades con los que el viajero valenciano puede llegar a visitar un total de 142 destinos ubicados en 48 países. 

El avión Junkers JU-52 con el que se operó por primera vez la ruta Madrid-Valencia.

El avión Junkers JU-52 con el que se operó por primera vez la ruta Madrid-Valencia. / Iberia

Un espacio interactivo

No obstante, la realidad es que el hub que Iberia tiene en Madrid –para cuyo impulso la conexión con Valencia, que este 2024 tendrá una oferta de 217.000 asientos en total, es importante– también se complementa con la presencia de infraestructuras de mantenimiento como la que posee la compañía en La Muñoza o enclaves interactivos para conocer más en profundidad el sector como es el que la firma tiene en el número 48 de la Gran Vía madrileña. Su 'Espacio Iberia'.

Este, según pudo comprobar este diario de primera mano, se compone de dos plantas en las que se puede, entre otros divertimentos, probar un simulador de vuelo acompañado de un piloto, convertirte en mecánico de motores de la compañía gracias a las gafas de realidad virtual o poder viajar –vestimenta incluida– a 1927 y ‘montarte’ -grabación incluida- en el avión con el que Iberia comenzó su actividad comercial, un Rohrbach Roland.

El simulador de vuelo que hay en Espacio Iberia.

El simulador de vuelo que hay en Espacio Iberia. / Levante-EMV

Suscríbete para seguir leyendo