"Pongo movimiento a una edad que se ve poco en el escenario"

Christine Cloux recogió este lunes en el Auditorio de Tenerife "Adán Martín" el Premio Max a la Mejor intérprete femenina de danza por su obra "Corps seul", en la 27ª edición de los premios. La bailarina trata de visibilizar la mujer mayor en la danza mediante una obra autobiográfica. El vestuario fue elaborado por su madre, a quién le dedicó el premio "por su talento".

¿Qué significa para usted haber sido premiada con el Max?

Estoy muy contenta y emocionada. Representa un reconocimiento a toda mi carrera como bailarina y coreógrafa profesional. Este Max puede desencadenar algo bueno para que la gente piense que la danza no es solo el cuerpo joven atlético, sino también es arte. Es decir, hablar de la danza no solo en el sentido de la proeza física, sino también de la presencia. Creo que llega en un buen momento.

¿Por qué?

Es significativo porque firmé mi primer contrato como bailarina con 18 años y ahora tengo 58. Hace 40 años de eso, además seguir en esta profesión tanto tiempo después no es común, ni fácil. Espero que ganar este premio también sirva para tener más visibilidad y que la gente pueda entender lo que intento transmitir con mi posición como balarina y mujer madura.

¿De qué modo reivindica el papel de la mujer adulta en la danza profesional a través de su obra? 

La reivindicación es una palabra muy fuerte porque, aunque sí que reivindico esta posición, el espectáculo lo monté con la intención de que fuese una obra autobiográfica, pero inevitablemente habla de la mujer madura y de la bailarina en el escenario. A la bailarina mayor normalmente la ves tando clases, yo pongo movimiento a una franja de edad que se ve poco en el escenario. 

¿Cuáles considera que son las urgencias actuales de la danza? 

Se necesita un reconocimiento de la profesión. Hay una falta de trabajo real para los bailarines y las bailarinas, normalmente trabajan por proyectos y eso agota la fuerza y la energía porque se ven obligados a desplazarse constantemente. Mucha gente opta por trabajar fuera de España, incluso otra tiene que das clases o tener más trabajos. Los bailarines no pueden vivir solo de bailar. 

¿Qué le diría a las bailarinas que están empezando? 

Que tengan la cabeza muy asentada, vean muchos espectáculos, conozcan la historia de la danza y sobretodo, que tengan un gran respeto por su cuerpo y su mente y que intenten trabajar con gente que también respete eso.

¿Está trabajando en nuevos proyectos, o va a seguir viajando con «Corps seul»? 

«Corps seul» va a seguir. Lo retomo el 7 de agosto en el festival Sagunt a escena, y más tarde en la Sala Carme Teatre, también estaré en Alicante, en La Coruña y en Vic. Al mismo tiempo trabajo con Olga Álvarez, de la compañía La Taimada en un nuevo proyecto que presentaremos el próximo año.

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