Ontinyent intensifica la vigilancia en el Pou Clar para controlar a los bañistas

El consistorio aumenta un 58% el número de horas del servicio estival con la incorporación de un cuarto vigilante con el objetivo de evitar la degradación del paraje y garantizar su protección ambiental

Bañistas en el paraje natural del Pou Clar de Ontinyent.

Bañistas en el paraje natural del Pou Clar de Ontinyent. / Perales Iborra

Sergio Gómez

Sergio Gómez

El Ayuntamiento de Ontinyent va a reforzar el servicio de control de accesos y vigilancia en el Pou Clar durante la temporada de baño con el objetivo de tener cubiertas todas las entradas y garantizar tanto la protección ambiental del concurrido paraje natural como la seguridad de las personas que lo visitan.

El consistorio acaba de licitar el contrato con una duración de tres años -con opción a prórroga- y un presupuesto estimado de 158.000 euros. Los pliegos contemplan un incremento mínimo del 58% en el número de horas destinadas por la empresa contratista a la supervisión del enclave respecto al último contrato estable adjudicado en 2019, que se prolongó hasta 2022 (el año pasado el servicio se cubrió con un contrato menor).

Entre y julio y agosto, el ayuntamiento pondrá a cuatro vigilantes en los alrededores de la zona de baño que desarrollarán sus funciones entre las 9.30 y las 17.30 horas: son uno más de los que había trabajando hasta ahora en los meses de máxima afluencia del verano. "Con tres vigilantes el servicio se quedaba un poco insuficiente para controlar los cuatro puntos de entrada que existen. Con el nuevo contrato cubriremos los cuatro accesos", subraya la regidora de Sostenibilidad de Ontinyent, Sayo Gandia.

Por otra parte, la mejora de la aplicación que puso en marcha el ayuntamiento para controlar el aforo y desmasificar el Pou Clar permite a los usuarios cancelar sus reservas en caso de imprevisto y liberar plazas, por lo que se necesitan más operarios en caso de que lleguen bañistas sin cita en busca de un hueco de última hora.

Gandia recalca que la función de los vigilantes consiste en "cuidar de los parajes". "No se trata de un servicio de socorrismo ni de atención, porque en teoría no hay autorización expresa para el baño en la zona, dado que el paraje no está limitado ni tiene servicios propios de una zona de baño", aclara la concejala. "El objetivo del servicio es proteger la biodiversidad del entorno y que se cumplan las normas de respeto del paraje para que esté en las mejoras condiciones posibles", ahonda la edil.

En principio, el nuevo contrato podría entrar en funcionamiento a finales de junio, con la previsión de que en los últimos compases de este mes haya dos vigilantes entre semana y tres durante el fin de semana. Sin embargo, dependerá de los tiempos de la administración y de cuándo se adjudique definitivamente la prestación, dado que las empresas pueden presentar sus ofertas al concurso público hasta el 14 de junio. Igualmente, a principios de septiembre se valorará si continúa el servicio y en qué condiciones, puesto que la afluencia al enclave desciende mucho con el final de las vacaciones escolares.

El aforo se mantiene en 450 personas

Uno de los cometidos de los vigilantes será validar las entradas de los usuarios con reserva y que se cumpla el aforo estipulado en el Pou Clar, que en la temporada de baño de 2024 se mantiene en 450 personas, como en años anteriores, puesto que "el año pasado funcionó bien", incide Gandia.

Los operarios controlarán que los bañistas no acceden al paraje con comida, neveras, tumbonas, sillas de playa o animales de compañía, tal como estipula la normativa reguladora

Igualmente, los operarios controlarán que los bañistas no accedan a la zona de baño con comida, neveras, tumbonas, sillas de playa o animales de compañía, tal como estipula la normativa reguladora del paraje. "Mucha gente suele ir convencida de que podrá pasar todo el día, pero cuando ven que está prohibido comer allí se marchan, por lo que se produce una rotación. Esta es una zona natural y los bañistas tienen que saber a lo que van", destaca la regidora de Sostenibilidad.

El ámbito de actuación del servicio de vigilancia incluye el aparcamiento de la CV-655, la zona de las pozas, el pozo Galindo y la senda del Alba. Los vigilantes prestarán un mínimo de 2.440 y un máximo de 2.448 horas, en función de cómo se desarrolle el calendario estival.