El rompecabezas familiar de todos los veranos

Cuadrar unas vacaciones escolares de dos meses y medio que nada tienen que ver con la vida laboral ocupa y preocupa cada año a unas familias que invierten la paga extra en el coste de actividades que este año se han incrementado entre un 10 y un 15%

Muchos colegios montan piscinas portátiles.

Muchos colegios montan piscinas portátiles. / Fernando Bustamante

Mónica Ros

Mónica Ros

Los alumnos sueñan con las vacaciones de verano. Sus padres las temen. Dos meses y medio sin clases. Así que la última semana del mes de junio, como cada año, arranca el rompecabezas familiar para ver dónde, con quién y cuánto cuesta el cuidado de unos menores ante una vida laboral que sigue teniendo como asignatura pendiente la conciliación familiar.

Las familias llevan meses planificando qué hacer con sus hijos. ¿Qué escuela de verano ofrece el propio colegio? ¿Hay actividades algo más económicas organizadas por el ayuntamiento? ¿Y las extraescolares? ¿El precio incluye servicio de comedor? ¿Hay 'matinera'? ¿Si tiene 14 años puede ir? ¿Y si tiene 2? ¿Y el campamento de la escuela de música cuántos días son? El precio es clave a la hora de una planificación que se cuantifica por semanas y que, además, no incluye ningún tipo de oferta (o muy pocas) para el mes de agosto. Y aunque es cierto que sectores como el jurídico, el escolar y algunas pequeñas y medianas empresas cierran la persiana en agosto, esta es una tendencia que cada vez va a menos. Así, la familia que dispone de abuelos que puedan encargarse de los niños supone un plus añadido y un respiro asegurado. Si los abuelos vienen con pueblo, eso, como decía un anuncio, no tiene precio.

La gran mayoría de colegios montan escuelas de verano.

La gran mayoría de colegios montan escuelas de verano. / Levante-EMV

Lo que sí tiene precio son las actividades. Según datos de la Unión de Consumidores de la Comunitat Valenciana, el precio de las escuelas de verano en los centros educativos, con comedor incluido y horario de mañana y tarde, oscilan entre los 400 y los 650 euros al mes. Esta misma actividad, pero en guarderías para niños de hasta 12 años rondas los 700 euros. Las escuelas de verano más económicas, pero sin servicio de comedor y en horario de 9 a 14 horas implican un coste de 50 euros a la semana. Sin embargo, las escuelas de verano municipales ofertadas por algunos ayuntamientos cuestan unos 100 euros al mes. "Principalmente, la diferencia de precio se debe a las actividades y excursiones que se realizan fuera del centro. Si los niños realizan las actividades habitualmente dentro del centro sin salidas previstas es más económico. El precio asciende cuando en la escuela de verano hay contratadas otras actividades como piscina, surf, excursiones... que requiere de desplazamiento", explica el secretario de la Unión de Consumidores, Vicente Inglada.

Las actividades deportivas, ya sea en escuelas privadas o polideportivos municipales también ofertan escuelas de verano, acuáticos, triatlón, patinaje, multideporte... oscilan entre los 200 y los 360 euros al mes, una cuantía que puede ascender hasta los 700 euros en el caso de los deportes acuáticos. Eso sí, en horario de mañana y sin servicio de comedor.

Los precios más caros los concentran las empresas privadas que han visto en este tipo de ofertas una posibilidad de negocio con deportes más especializados o escuelas bilingües. El precio de la quincena ronda los 600 euros. Inglada explica que "se ha producido una subida de precios de entre el 10 y el 15 %, en función del servicio contratado" y que la entidad reivindica "mejoras y ayudas para las familias más vulnerables porque la desigualdad es evidente y las escuelas de verano la sacan a relucir".

La cuadratura del círculo

"Para las familias, cuadrar los periodos vacacionales de hijos e hijas con el trabajo es un esfuerzo extra de planificación y con repercusiones económicas directas, en muchos casos, sobre la paga extra. Muchas AMPA organizan escuelas de verano para la última semana de junio, mes de julio y primera de septiembre hasta que comienza el curso escolar. Ayuntamientos y mancomunidades programan y ofertan diferentes recursos de tiempo libre, desde escuelas de verano a campamentos. La oferta pública suele ser más económica mientras que la oferta privada de actividades infantiles o campus deportivos se encarece más. Hay municipios pequeños que hacen las actividades de julio gratuitas, lo cual es de gran ayuda para las familias", explican desde la Confederación Gonzalo Anaya.

Y es que algunos ayuntamientos cuentan con ayudas del denominado Plan Corresponsables, que reparte la Conselleria de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda con fondos del ministerio. El año pasado la conselleria concedió subvenciones a 383 ayuntamientos y este año repartirá 16,7 millones. Sin embargo, la convocatoria aún está en fase de tramitación y pendiente de publicar.

Además, desde la Confederación Gonzalo Anaya pone el foco en la hora de comer, clave para las familias. "Cada familia se organiza en función de la hora de comer porque todo depende de si se puede contar con el apoyo de otros familiares o de cuanto cuesta que el menor que quede a comer", explica el presidente de la entidad, Rubén Pacheco.

La beca de comedor, también de vacaciones

Si el comedor es uno de los principales puntos a tener en cuenta por la mayoría de familias, para quienes sobrepasan el umbral de la pobreza, la ausencia de colegio implica que esos menores no tengan garantizada, al menos, una comida saludable y nutritiva cada día.

Imagen de recurso de un comedor escolar.

Imagen de recurso de un comedor escolar. / Fernando Bustamante

Así lo aseguran desde Save The Children una entidad que, mediante sus propios programas y fondos (junto con fundación La Caixa), se encargan de dar de comer cada día a 600 menores vulnerables durante la última semana de junio y las cuatro del mes de julio en sus colonias de verano. "Los caterings se han incrementado un 20 y un 30% por el aumento del precio de los alimentos. Para muchos niños y sus familias nuestros campamentos son la única opción de ocio y alimentación saludable", explica el responsable de la entidad en la Comunitat Valenciana, Rodrigo Hernández. Y concluye: "El verano es la tormenta perfecta para las familias más vulnerables porque si sale trabajo a ver qué hacen con los niños. Todo cuesta dinero, que no tienen". Y hablamos de dos meses y medio.