El informe pericial confirma que el edificio incendiado en Campanar se podrá reconstruir

El edificio afectado por el incendio de Campanar podrá reconstruirse. Así lo ha notificado el Instituto Técnico de Materiales y Construcciones (Intemac) tras haber elaborado un informe pericial que da el visto bueno para que los afectados puedan empezar las labores de reconstrucción y volver a sus casas.

La propia asociación de vecinos ha lanzado la noticia a través de sus redes sociales, la cual ha confirmado la administradora de la finca a Levante-EMV. Intemac es la entidad contratada por Mapfre, aseguradora de la comunidad.

El 21 de marzo, los peritos de las compañías aseguradoras del edificio accedieron por primera vez, acompañados de agentes de la Policía Científica, al lugar del siniestro para "detectar el punto exacto del origen del fuego", porque sin determinarlo no pueden saber la causa del incendio, y ver dónde se podían tomar muestras de la fachada para ser analizadas después en el laboratorio.

Al mismo tiempo, efectivos de la Policía Científica pasaron dos meses y medio investigando las causas del fuego que causó la muerte a diez personas y destruyó las 138 viviendas que componían el complejo residencial, dejando a 229 personas sin hogar. Las conclusiones de la investigación fueron que el fuego se originó en la parte trasera del frigorífico de la vivienda donde comenzó todo: la 86, ubicada en la octava planta de la torre de 14 plantas.

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Los expertos de la Policía Nacional, tras analizar el escenario de inicio del incendio, concluyeron en su informe, al que tuvo acceso en exclusiva Levante-EMV, que el único elemento “disonante”, es decir, anómalo por su estado después del devastador siniestro, es el condensador de la nevera, de la marca Beko. El grado de destrucción de ese serpentín, que funciona como intercambiador de frío y calor, es demasiado elevado para ser consecuencia únicamente del fuego, por lo que los policías científicos consideran que la única explicación posible es que ese fuese exactamente el punto donde comenzó a gestarse la tragedia.

Felicidad en la comunidad de vecinos

La reconstrucción del edificio era el principal deseo de los vecinos desde que sucedió la tragedia, debido a los alquileres prohibitivos en la zona por el alza de precios y al deseo de continuar viviendo en sus casas que -muchos de ellos- todavía estaban pagando a pesar de estar calcinadas.

De hecho, la mayoría de estas personas todavía siguen residiendo en un edificio de viviendas sociales en el barrio de Safranar habilitado por el ayuntamiento para acogerles de emergencia. El consistorio, ante la imposibilidad de las familias de poder pagarse un alquiler, amplió 6 meses más el plazo para que los vecinos y vecinas se pudieran quedar.

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Pero que se cumpliera dependía de las inspecciones técnicas de dos empresas que debían valorar si había daños en la estructura que no permitieran vivir en la finca. Casi 6 meses después de la tragedia, el informe pericial destaca que no hay daños en la estructura que impidan reconstruir las viviendas que, por otro lado, han quedado completamente desiertas, incluso desapareciendo los tabiques, según los testimonios de algunas de las personas que subieron al edificio. Ahora los vecinos deberán afrontar las labores de reconstrucción de sus pisos, lo que probablemente les supondrá decenas de miles de euros.

Oleada solidaria

En las tragedias se ve lo peor y lo mejor de las personas, y en la de Campanar sucedió que la solidaridad de los vecinos desbordó rápidamente todos los centros de recogida. La ropa desbordaba las estanterías de las fallas y gimnasios de la zona, y finalmente llegó mucha más que la que necesitaban los vecinos para pasar sus primeros días. Al final, las propias entidades tuvieron que donarlas a otras, y aquella solidaridad sirvió para ayudar a otras personas.

Pero la cosa no quedó ahí, los vecinos decidieron abrir varios crowdfounding para recoger fondos que le ayudaran a reconstruir sus viviendas, y también hicieron lo propio algunas entidades de Campanar. Las fallas del barrio lograron recoger 100.000 euros en tres días para ayudar a las víctimas del incendio que, ahora, por fin, podrán empezar a dejar atrás la tragedia que seguro les marcará para siempre, y comenzar a reconstruir sus vidas y sus casas.