Pruebas de Acceso a la Universidad

Las universidades valencianas reservarán plazas para jóvenes extutelados que quieran estudiar

Los jóvenes estarán exentos del pago de tasas y podrán acceder a la beca del Ministerio y la beca Manuela Solís, además de ayudas específicas para material, comida o transporte en la UPV y la Universidad de Alicante

Estudiantes de Arquitectura en la Universitat Politècnica de València.

Estudiantes de Arquitectura en la Universitat Politècnica de València. / Germán Caballero

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

Los jóvenes extutelados que quieran estudiar en la universidad tendrán becas y reserva de plazas el año que viene. Conselleria de Educación reservará una plaza por cada titulación para aquellos que acrediten haber pasado por el sistema de protección a la infancia, según acordaron el pasado 14 de mayo en la comisión de las PAU. El objetivo de la medida es incentivar que estos chavales, que a los 18 se quedan solos, puedan estudiar una carrera.

La medida ha sido impulsado por la Cátedra de Infancia y Adolescencia de la UPV y la Red de Universidades por la Infancia, y se mira en Cataluña, donde lleva tres cursos implantada y ha conseguido que cada vez más extutelados puedan estudiar (18 el primer año y 36 el segundo). Además de la reserva, estos jóvenes estarán exentos del pago de tasas.

La medida solo contempla la reserva de plazas ya que los jóvenes podrán solicitar (y previsiblemente se les concederán por renta) la Beca general del Ministerio de Educación, que paga la matrícula, y la Beca Manuela Solís, que añade de 3.500 a 6.000 euros según la renta y la nota media. Todas estas becas están sujetas a que el alumno apruebe la mayoría de las asignaturas, si no habrá de devolverlas.

Xàtiva. CTR Pruebas de acceso a la universidad (PAU) en el campus de la UCV

Xàtiva. CTR Pruebas de acceso a la universidad (PAU) en el campus de la UCV / Germán Caballero

Sí que hay dos univeresidades que aprobaron becas específicas para jóvenes extutelados; la UPV y la Universidad de Alicante. Estas subvenciones contemplan ayudas para la comida, transporte, material o fotocopias o incluso préstamo de ordenador portátil. El resto de universidades valencianas carece de estas becas.

Pioneros en la Politècnica

La Universitat Politècnica de València fue la pionera en aprobar esta medida el curso pasado gracias a Vicente Cabedo, director de la Cátedra de Infancia y Adolescencia de la UPV. Le concedieron un presupuesto de 10.000 euros con el que se ha podido becar a 4 estudiantes de los 6 que provienen de centros de menores.

No existen datos en las universidades públicas sobre cuánto alumnado proviene del sistema de protección a la infancia, pero se espera que la medida sirva para incentivar que estos jóvenes estudien, como ya ha sucedido en Cataluña o País Vasco, dos territorios donde la medida lleva aplicada tres años.

En el caso de las becas de la UPV y la UA, las condiciones son asistir a clase regularmente y a los exámenes, ir a las jornadas de acogida de la facultad, matricularse en el curso completo y aprobar el 75 % de las asignaturas. Las condiciones para las becas del Ministerio y Manuela Solís son también similares.

Valencia. Alumnado en el Campus de Tarongers subiendo al tranvia

Valencia. Alumnado en el Campus de Tarongers subiendo al tranvia / Germán Caballero

Desglosado por gastos, la beca da al alumno 100 euros al año para fotocopias e impresiones, 1.000 euros en bonos comida, 500 euros en transporte, y otros 400 en material escolar. Se trata del presupuesto máximo pero podría ser menor si los jóvenes, por ejemplo, no viven lejos del campus.

Becas de Cataluña y País Vasco

Ya hay comunidades autónomas, como Cataluña o el País Vasco, que han creado sus programas de acogida, pero la mayoría no los tienen. En la Comunitat Valenciana, como explica el proyecto, "se han ido desarrollando en las últimas décadas programas de emancipación de la infancia la tránsito a la vida adulta", pero el acceso a la universidad sigue siendo "una asignatura pendiente".

El primer gran problema al que se enfrentan es que no hay estadísticas, es decir, no es posible saber cuántos de estos jóvenes llegan finalmente a la universidad. Eso es una realidad que se intentará arreglar. Otra es que el sistema de tutela de la infancia sigue dejando que desear y difícilmente puede sustituir a una familia.

Los estudios publicados reflejan que la brecha de los resultados académicos de jóvenes tutelados y de sus iguales de la población general (que estudian en los mismos centros) va aumentando a medida que crece el nivel educativo.

Estudiantes universitarios en el campus de Tarongers de la Universitat de Valencia.

Estudiantes universitarios en el campus de Tarongers de la Universitat de Valencia. / Francisco Calabuig

Por otro lado es mucho más común que acumulen más dificultades en la escuela como repeticiones de curso, absentismo, expulsiones y frecuentes cambios de centro educativo. También preocupa la sobrerrepresentación de jóvenes tutelados en las escuelas de educación especial, cuando deben de estudiar en un centro escolar común.

Apoyo emocional

Es especialmente relevante para estos jóvenes el apoyo emocional y académico de la universidad, e incluso los servicios de psicólogo. Lo es "sobre todo en términos de orientación para la toma de decisiones y apoyo y feed-back en cuestiones relacionadas con los estudios", según el proyecto. Ante la falta de referentes familiares estos jóvenes no tienen a nadie con quien hablar de estos asuntos.

País Vasco es la autonomía que tiene un programa más longevo, que inauguró en el año 2017, donde se apuntaron siete jóvenes extuteladas. Este curso la cifra asciende ya a 42, la mayoría (33) también mujeres. Una idea que el programa copia de Cataluña es la reserva de una plaza en cada carrera para estos jóvenes ex tutelados. Esta autonomía lo ha aplicado este curso y han sido ocho los jóvenes que han hecho uso de la reserva.

El objetivo de este programa de acogida es "crear condiciones que, por una parte, estimulen y faciliten el acceso de jóvenes tutelados provenientes del sistema de protección a la infancia a la universidad, y por otra, contribuyen a su permanencia hasta acabar los estudios universitarios", reza el proyecto.