La "neutralidad" acecha en el Institut Valencià de Cultura

El proyecto del nuevo director del IVC incluye acabar con la "programación parcial", rediseñar la marca, rejuvenecer la plantilla y subvencionar más las coproducciones con empresas privadas

Imagen del interior del Teatre Principal de València.

Imagen del interior del Teatre Principal de València. / Fernando Bustamante

Voro Contreras

Voro Contreras

Institut Valencià de Cultura... Neutral. Porque ese, el de alcanzar la “neutralidad”, es el objetivo que concluye el proyecto presentado Álvaro López-Jamar para la principal institución cultural de la conselleria que dirige Vicente Barrera (Vox) y de la que López-Jamar es el nuevo director. Un IVC que él gestionará, asegura, “desde la equidad, con eficacia, transparencia y las necesarias garantías de legalidad”.

Para lograr la “equidad”, López-Jamar propone esa “cultura neutral” que “no conlleva una programación incolora e insípida, burocrática, carente de compromiso o nihilista”, sino que tiene más que ver con los “equilibrios” que aparecen a lo largo de su proyecto de 21 páginas escritas únicamente en castellano, aunque en varias ocasiones apele a la necesidad de convivencia entre esta lengua y el valenciano.

Vicente Barrera.

Vicente Barrera. / L-EMV

Cultura financiada, abierta y plural

Y esos equilibros son “cultura financiada con dinero público, abierta y plural, fundamentada en la calidad y el interés de los ciudadanos, en sus necesidades, gustos y tradiciones, en su integridad, para todos, contra nadie, hacia nosotros y el resto de España, arriesgada y transgresora cuando sea preciso”. Una cultura, concluye, “que nos aporte sensaciones nuevas, que avive nuestra curiosidad, para sentir y disfrutar, y que nos haga mejores”.

El proyecto de López-Jamar que le ha hecho merecedor del puesto de director del IVC tras un concurso público que quedó resuelto hace tres semanas, da comienzo con una crítica a la gestión de la institución llevada a cabo por el gobierno del Botànic, al que acusa de haber impulsado una “programación parcial”, de haber provocado el “descontento del sector”, especialmente por el reparto de subvenciones, y de no afrontar deficiencias en materia de personal, contratación o gestión presupuestaria.

Las "debilidades"

López-Jamar resume las “debilidades” que él ha encontrado en el IVC en falta de visión como entidad de gestión cultural integral, equipamientos obsoletos, desequilibrio y ausencia de coordinación en las programaciones, desconocimiento de la percepción del público, ayudas sesgadas y de difícil solicitud, y falta de seguimiento de proyectos subvencionados. También de haber extendido "poco" los patrocinios, de baja afluencia de público en general, inestabilidad en los equipos, con escaso reconocimiento y diferencias en las condiciones laborales de los empleados del IVC.

Ante esta situación, López-Jamar propone una “transformación integral” del IVC que pasa por revisar su razón de ser, su modo de operarar, su perspectiva de futuro y sus valores. Para ello, la primera medida económica que apunta es establecer un “sistema de autoevaluación” que evite el fraccionamiento de contratos y los riesgos en la gestión de los recursos financieros.

Álvaro López-Jamar

Álvaro López-Jamar / IVC

Un nuevo convenio

En su proyecto, el entonces candidato y ahora director del Institut reconoce su “falta de conocimiento sobre la situación actual de la estructura organizativa del IVC”, aunque percibe “una clara necesidad de mejora”.

Para afrontar esta mejora propone, por ejemplo, negociar un nuevo convenio colectivo (incluyendo una adecuación de la masa salarial) que solucione las diferencias en las condiciones que mantienen el personal funcionario y el personal laboral de IVC. También quiere impulsar la cobertura inmediata de cualquier puesto de trabajo vacante y hacerlo teniendo en cuenta un “plan de rejuvenecimiento de la plantilla”.

Racionalizar el gasto

López-Jamar también contempla crear nuevos departamentos en el IVC, como el de Documentación y Patrimonio o Didáctica, la regularización del Circuit Cultural Valencià o el aumento de personal en las delegaciones territoriales. Todas estas cosas, según señala el nuevo director, se tienen que hacer con el “desafío de racionalizar el gasto”, para lo que propone aumentar la capacidad de gestión y la eficiencia a través un plan integral de innovación y simplificación que reduzca las cargas administrativas y normalice procedimientos.

Nueva imagen de marca

Otro propósito de López-Jamar es que el IVC “se identifique como un referente cultural” autonómico, nacional e internacional. Ello pasa por la creación de una nueva imagen de marca “que resalte el mensaje IVC_En diálogo / En diàleg como enseña de la riqueza de nuestra cultura valenciana, nuestra historia y tradiciones”. Esta “nueva marca”, matiza no obstante el director, no supondría un cambio sustancial de su actual logotipo, ni denominar al IVC de otra manera, sino asociarlo de forma global a este nuevo concepto de IVC_En diálogo / En diàleg.

Ante la necesidad apuntada al principio de atraer al público, López-Jamar apuesta por realizar un “exhaustivo estudio” del público potencial del IVC, planificar al detalle la promoción y revisar o modular los precios de las entradas e implatar un abono global. En cuanto a la programación, apuesta por fomentar la colaboración público-privada y ponderar el sistema de ayudas para favorecer este tipo de coproducciones.

Garantizar la libertad de creación

Y en cuanto a las subvenciones, asegura que a través de ellas el IVC “garantizará la libertad de creación cultural” haciendo prevalecer criterios como el de la equidad, el interés general, el pluralismo y la transparencia. Advierte López-Jamar que la concesión de ayudas “parecen, en ocasiones, estar influenciadas por aspectos ajenos al mérito artístico o cultural, la calidad de los proyectos, o su potencial impacto público y social, aspectos que deberían ser prioritarios en la valoración”.

Y lamenta que, por ello, “puede que un buen número de entidades y asociaciones, con proyectos merecedores de estas ayudas, se hayan sentido excluidos y, en consecuencia, hayan renunciado desde el inicio”.  

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