La jornada estival ha amanecido con absoluta normalidad en el litoral del sur. La bandera amarilla advertía sobre el oleaje pero no disuadía del baño. Hasta que, a eso de las 10 de la mañana, una mancha densa y negruzca empezó a oscurecer amenazantemente la costa. Resultó ser un vertido de hidrocarburos que primero alcanzó l’Arbre del Gos y continuó descendiendo hacia las playas del Saler y la Garrofera, obligando a decretar el cierre al baño de unos arenales recientemente regenerados por el Ministerio de Transición Ecológica. Ni un año han brillado libres del impacto