A las 6:00 de la mañana un operativo conjunto de Mossos y Policía Nacional expertos en localización de fugitivos entraban primero sigilosamente en la masía para que nadie lo alertara. Carlos Navarro, ‘el Yoyas’ estaba semidesnudo y según fuentes policiales muy demacrado. La casa desprendía un fuerte a olor a porro y suciedad. Se había logrado esconder al nivel de violadores y asesinos, en palabras de los agentes. Los drones no lo detectaron en ningún momento de las vigilancias ni los policías lograron verlo. Por la noche nunca vieron luz. Había lonas oscuras tapando las ventanas con las persianas bajadas permanentemente. No está claro si ha estado siempre en esta vivienda de sus padres que ya fue registrada por los Mossos cuando, recién fugado, ‘el Yoyas’ se atrevió a dar incluso entrevistas. Según la investigación, su familia le daba protección y por eso han logrado dar con él. Su padre, su hermana y su cuñado le llevaban comida y la novia le visitaba a veces. Llevaba 19 meses huido. Se fugó en noviembre de 2022 cuando un juzgado emitió una orden de búsqueda y captura tras condenarlo a cinco años y ocho meses por maltratar sistemáticamente a su exmujer y a los dos hijos que tienen. Mientras ha estado fugado ella ha denunciado el miedo y la inseguridad que sentía porque aún no estuviera entre rejas.