Embarrancamientos y "sentinazos" amenazan las playas de València

El fuerte tráfico del puerto y la proximidad de las playas urbanas vienen generando históricamente problemas de contaminación y accidentes

Uno de los buques encallados en la playa de València en 2012 debido a un temporal

Uno de los buques encallados en la playa de València en 2012 debido a un temporal / LEVANTE-EMV

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

La extensa franja de arenal que rodea la ciudad de València en el norte y en el sur, separada entre ambas por uno de los principales puertos de Europa, no está exento de riesgos en forma de vertidos como el detectado ayer en tres playas del sur de la ciudad. Estos episodios acaban ocurriendo sin una periodicidad establecida, pero ocurrir, ocurren. El tráfico de embarcaciones y las situaciones accidentales acaban por propiciar, como en cualquier playa urbana, hechos como los sucedidos en esta ocasión. Y eso que las legislaciones son ahora mucho más férreas, pues nada tan clásico tiempo atrás en las costas como el alquitran, en diferentes formas, que aparecía con mucha más frecuencia y que había que limpiar apresuradamente con aceite de oliva o con petróleo.

València no es ajena a ello. Vertido de hidrocarburos y accidentes forman parte de la hemeroteca. Aunque si hay uno especialmente recordado fue el embarrancamiento de dos mercantes en la playa en septiembre de 2012. Una Dana lanzó literalmente al «Celia» y al «Sunrise» hacia la playa del Saler. Acabaron por convertirse en dos fenómenos mediáticos: todo el mundo quería acercarse a verlos y tuvieron un mes para poder hacerlo. Hasta parejas de novios lo convirtieron en lugar para sus sesiones. El mal menor fue que no hubo vertido de hidrocarburos, que era uno de los grandes riesgos.

Una situación muy parecida se vivió hace ahora un mes pero con una embarcación mucho más pequeña: un yate valorado en varios millones de euros, con el que también cundió la preocupación porque el compartimento del fuel acabara quebrándose. Cuatro días costó reflotarlo.

Comienzan a limpiar el vertido de fuel de las playas del Saler

Germán Caballero

La Copa del América

Estos incidentes dejaron cicatrices en el litoral, pero no su contaminación. Que, por ejemplo, sí que se sufrió en junio de 2009 después que un barco vaciara sus sentinas frente a la Malva-Rosa o en 2006 por un barco de la Copa del América. El más grave fue en abril de 2014, cuando un buque -que posteriormente recibiría una sanción millonaria- dejó escapar una importante cantidad de su combustible, llenando de chapapote las playas del sur. Once toneladas de residuos se recogieron de los arenales. No todas llegan: a finales de enero de este año, una gran mancha apareció a 16 kilómetros de la costa pero finalmente, desapareció.

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