Las obras de la Avenida de la Malvarrosa colapsan el barrio

Los vecinos se quedan sin su principal aparcamiento y se ven obligados a competir con turistas en la playa

Las obras de la avenida Malvarrosa causan malestar entre los vecinos

Germán Caballero

Claudio Moreno

Claudio Moreno

Las obras para renaturalizar la Avenida de la Malvarrosa han complicado sustancialmente la circulación en la zona y, sobre todo, el aparcamiento de los residentes.  La principal arteria del barrio era a su vez uno de sus principales núcleos de estacionamiento, dando servicio a los centenares de vecinos que carecen de una plaza a resguardo. En la calle solo hay dos comunidades con aparcamientos interiores. 

El vecindario avala estos trabajos proyectados por el Rialto para convertir la gran avenida en un bulevar comercial con más parterres, zonas de juego y bancos; pero no ofrece más dudas el manejo de los tiempos. Desde la asociación vecinal de la Malva-rosa  explican  que la obra de saneamiento y ensanchado de las aceras empezó en marzo a lo largo de toda la calle y no en tramos, como se había sugerido, de forma que el aparcamiento se esfumó casi de un día para otro. 

Obras en la Avenida de la Malvarrosa

Obras en la Avenida de la Malvarrosa / Germán Caballero

Y esto coincide con una temporada estival en la que llegan centenares, sino miles, de vecinos y turistas queriendo ponerse a remojo en la playa de la Malva-rosa, muchos de ellos con coche y muchos de ellos con la paciencia suficiente para circular hasta que ocupan las pocas plazas disponibles. 

«Eso nos ha llevado a una situación de colapso», explican en la Asociación de Vecinos de la Malva-rosa. «Los vecinos de la avenida y adyacentes nos hemos visto desplazados a aparcar en la zona de la playa, y ahí no cabe ya apenas gente. Llevamos tiempo pidiendo soluciones a corto, medio y largo plazo para algo que era previsible», señalan. 

Avanzan los trabajos para renaturalizar la arteria

Avanzan los trabajos para renaturalizar la arteria / Germán Caballero

Pérdidas temporales

Hay una segunda externalidad de las obras en forma de paradoja: el bulevar concebido originariamente para beneficiar al pequeño comercio de la zona genera tal nivel de molestias  que en muchos puntos de la avenida están viendo mermadas sus ventas diarias. 

Puede ser asumible porque a la larga el beneficio de ventas se presume mayor. No sería tan asumible un barrio donde no cabe aparcamiento residencial. Por eso, los vecinos exigen al ayuntamiento que busque fórmulas dotacionales para el después de unas obras que han puesto la Avenida de la Malvarrosa patas arriba.