El verano devuelve la preocupación a los vecinos de El Saler por el riesgo de incendio

Los trabajos de poda y vigilancia, así como el hecho de que el presunto pirómano ya no viva allí, les da cierta tranquilidad

Llamas en las proximidades de las urbanizaciones de El Saler.

Llamas en las proximidades de las urbanizaciones de El Saler. / José Manuel López

José Parrilla

José Parrilla

Con la finalización del curso escolar, la llegada del calor y el inicio de las vacaciones, la Devesa de El Saler afronta un verano como siempre en lo cotidiano pero diferente en el aparado de seguridad. La docena de incendios intencionados registrados entre el verano, el otoño e incluso el invierno pasado, les han puesto en alerta. Sus casas se han visto amenazadas y su entorno violentado. Esperan, por tanto, que las administraciones públicas estén a la altura de sus demandas y pongan todos los medios para evitar que el fuego vuelva a ser el protagonista de los próximos meses.

Edificios llenos

Según explica Ana Gradolí, presidenta de la Asociación de Vecinos de la Devesa, todo el año vive gente en las diferentes urbanizaciones, cada vez más, y a fecha de hoy los 37 edificios que hay diseminados por el bosque están prácticamente llenos. Eso significa que en la Devesa ya hay miles de personas viviendo de forma continuada hasta pasado el mes de septiembre.

Su seguridad, por tanto, es una cuestión de primer nivel, lo mismo que la seguridad del entorno. Cruzan los dedos para que no haya ningún incidente con el bosque, aunque a día de hoy aseguran ser optimistas. Las distintas administraciones, particularmente el Ayuntamiento de València, está cumpliendo, aparentemente, precisa, con lo prometido.

Más poda y presencia policial

La poda y limpieza del bosque, en particular el más cercano a los edificios, ya ha dado comienzo en el núcleo número 5, que es el que más problemas tiene en este sentido. «Aquí había mucho monte bajo seco y todo eso lo están quitando», dice Gradolí, que asegura que las ramas de los pinos están siendo podadas hasta una altura de cinco metros. «Todo lo que no es autóctono lo están quitando también», precisa.

Incendio en la Devesa el pasado verano.

Incendio en la Devesa el pasado verano. / José Manuel López

Por lo que se refiere a la presencia policial, los vecinos tienen la sensación de que hay más patrullas tanto de la Policía Local de València como de la Guardia Civil, aunque «nosotros no vemos todo y no sabemos exactamente si ha habido refuerzos o no», precisa.

Y por lo que se refiere a los bomberos, sí que aprecian una mayor vigilancia en todas las zonas. Hay que recordar que ya se han instalado ocho cañones de agua para ayudar en la prevención y extinción de los fuegos, un plan que se completará hasta alcanzar los 40 surtidores.

El presunto pirómano ya no vive allí

Finalmente, lo que más les preocupaba, que era la presencia en el parque de un presunto «pirómano» al que se le atribuyen judicialmente gran parte de los incendios del año pasado y este, parece estar controlado. «Ya no está viviendo aquí. Se está cumpliendo la orden de alejamiento del bosque», constata Gradolí, quien asegura que los vecinos siempre están atentos a lo que pueda pasar.

A día de hoy, por tanto, los enemigos de la Devesa son la climatología, con un año muy seco y un bosque muy estresado por este motivo, y la presión humana, que es mucha pero que en años precedentes no había tenido consecuencias especialmente negativas para el bosque.

«Lo de los fuegos de este año no había pasado nunca en El Saler», dice Ana Gradolí, que espera que este año vuelva a ser como los anteriores a 2023. «Por lo que vemos, el ayuntamiento está haciendo cosas. Ahora hace falta que la poda no se pare y llegue a todos los edificios que tienen el bosque más cerca y están más amenazados», explica la dirigente vecinal, que pide que todas las medidas comprometidas por las administraciones en los últimos meses se vean ahora que aprieta el calor y los edificios están llenos de gente.

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