Reactivan las obras del centro cívico en la "zona cero" del Cabanyal

Hay una obra de entre todas las que se están ejecutando en el Cabanyal con especial carga simbólica para los vecinos. Se trata del centro cívico ubicado en la «zona cero» de las demoliciones. Un proyecto que ha sufrido numerosos retrasos y que ahora parece pisar el acelerador, no se sabe si de manera definitiva.

Los operarios han vuelto a trabajar sobre la base del edificio con la intención de avanzar todo lo posible antes del 31 de diciembre, plazo límite que establece el programa Edusi para terminar, justificar y pagar el proyecto, financiado al 50 % por fondos europeos. Toda la ayuda que no se consuma antes de esa fecha se perderá.

En todo caso, los vecinos celebran el nuevo impulso a un recurso esencial para el funcionamiento del tejido asociativo del barrio. «Esta obra es emblemática porque está al lado del ‘Escorxador’, que es donde nos reuníamos los de Salvem el Cabanyal. Si finalmente construyen este centro cívico será un muro de contención para detener cualquier otro plan destructor», señala Daniel Adell, presidente de la Associació de Veïns i Veïnes del Cabanyal Canyamelar, evocando el fallido Plan del Cabanyal con el que se intentó prolongar la avenida Blasco Ibáñez y partir en dos mitades un barrio declarado Bien de Interés Cultural (BIC), derribando a su paso más de 1.600 viviendas.

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Pero el centro cívico de la calle San Pedro servirá para mucho más. Entre otras cosas ayudará a insuflar vida a una de las zonas más castigadas del barrio de pescadores. «En un sitio con viviendas ocupadas y muchos solares públicos que han generado una importante degradación, con lo que darles uso a cualquiera de esos solares nos viene muy bien», narra Adell.

Y además de la regeneración urbana también permitirá aglomerar un movimiento social activo pero atomizado. «Las asociaciones ahora están muy dispersas. En ese lugar podremos desarrollar con más fuerza la conciencia cívica del Cabanyal».

De un barrio que ha mutado en los últimos 8 años hasta el punto de convertirse en uno de los principales atractivos para inversores y turistas. «Actualmente el Cabanyal avanza a dos velocidades: tiene algunas degradadas y cada vez más airbnbs, con el riesgo de gentrificación que eso supone. Pero el rumbo que ha tomado este barrio es el adecuado y no queremos que se abandonen las políticas que han venido haciendo PSPV-Compromís. Ahora la gente quiere comprar casas aquí, es un barrio habitable. Por eso vamos a enviarle una carta a María José Catalá pidiendo que se mantenga la misma hoja de ruta», manifiesta Adell.

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