Los vecinos de la Malva-rosa están dispuestos a desempolvar su escenario de reivindicaciones. Vuelven a «las cuatro esquinas», el escenario, en la avenida del mismo nombre, en el que hace treinta años alzaron su voz contra la degradación del barrio. Escenario de turnbulentas batallas con las fuerzas del orden, la conflictividad social no es para llegar a esos extremos, pero no por ello están dispuestos a olvidar el espíritu combativo mientras continúe lo que consideran «degradación y abandono histórico del barrio».

Amics de la Malva ha convocado para el día 12 una concentración en tan histórico emplazamiento. Para pedirlo todo, porque, consideran, nada hay. «Más servicios públicos, más plazas dignas en lugar de descampados, más limpieza, más cultura, más intervención social... porque en ocasiones hay que aplicar la equidad por encima de la igualdad». Primero habrá una asamblea vecinal y, a las ocho de la tarde, una concentración.

Como si el tiempo se hubiera detenido. «Es necesario parar el mercado de la droga que enriquece a unos pocos, destruye a muchos y degrada nuestros barrios obreros. Somos conscientes de que es un problema complejo, pero sólo se avanzará con medidas que incluyan intervención social y una política decidida a favor de las personas y los barrios».

El colectivo vecinal pinta un panorama de abandono, reivindicando todo. Más servicios públicos, más política cultural, más refuerzo educativo... y se soliviantan por el agravio comparativo. «Es escandaloso que se dedique una millonada de euros a proyectos como la ampliación del puerto o el acceso norte a València mientras se degradan los barrios donde precisamente se planea hacer todas estas actuaciones. Hace falta menos especulación y más atención a las demandas del vecindario».