Apenas a 100 metros de la Catedral se alza una placa conmemorativa que recuerda el nombramiento de Valencia como Capital Europea del Árbol, en 2007. Ahora, el arbolado y los jardines adosados a dicho edificio serán suprimidos, según anunció el martes el Cabildo Metropolitano, para "mejorar la visibilidad de la Catedral y evitar posibles humedades", en palabras de Emilio Aliaga, deán de la Seo.

Sin embargo, los paseantes que, constantemente, deambulan por la calle del Micalet, donde la vegetación es más extensa, con olivos y cipreses que ofrecen sombra a los bancos allí aposentados, no piensan de la misma manera. Precisamente esa, la cuestión de la comodidad que ahora se disfruta en ese entorno, es la que más critican las personas encuestadas para la ocasión. "Los árboles forman parte de las vistas, siempre han estado ahí y ayudan a dar sombra. Si no estuvieran, la gente no se detendría en los bancos", asegura, por ejemplo, Paloma Ponce, vecina de Valencia.

Todas las personas preguntadas coinciden en señalar la nula incidencia que el arbolado y la jardinería pegada a la fachada tienen en un empeoramiento de las vistas de la Catedral. "Es más, hacen el entorno más bonito", afirman muchos. Para Anselmo Tarín, turista ocasional de la ciudad, "tal y como están las cosas no se deben quitar árboles, sobre todo sin son antiguos", afirma, tras añadir que "basta con dar 50 pasos para ver bien el edificio".

Debate sobre el patrimonio

Por otro lado, hay quien afirma que el Cabildo se excede en sus competencias en su anuncio de la supresión de los jardines. "Ya tienen bastante con cobrar 4 euros a los que entran dentro. Que dejen la naturaleza de fuera tranquila", se lamenta un vecino. Contra todos ellos, la decisión del deán es secundada por el ayuntamiento, y se basa, como ya afirmaba ayer este periódico, en la Ley del Patrimonio Cultural Valenciano.

Sin embargo, para el PSPV, las actuaciones supondrían, precisamente, "una agresión patrimonial", teniendo en cuenta que "pueden desvirtuar el entorno histórico de la Catedral". Son palabras de Juan Soto, concejal del grupo socialista, que ayer manifestó su inquietud ante el anuncio del Cabildo y demandó al ayuntamiento que "no ponga en marcha la propuesta sin contar antes con una alternativa".

En esa misma línea, Soto explicó que "toda la trama histórica de la Catedral está ya muy alterada, por lo que cualquier intervención sobre este enclave tan emblemático debe ser muy cuidadosa". Para evitar un impacto negativo sobre la calle Micalet, "ya de por sí perjudicado por la degradación del solar y el espacio ocupado por la Casa del Relojero", cabría no precipitarse y elaborar los estudios paisajísticos adecuados, desde el punto de vista de la oposición municipal.

El debate está servido y la Catedral comienza un proceso de enfrentamiento contra la naturaleza de su entorno. Para muchos vecinos y turistas, sin embargo, "bastaría con tener bien cuidados y podados los árboles para evitar que tapen la fachada". Reclamo o perjuicio, las nuevas reuniones de la Seo con el Consistorio resultarán determinantes para su futuro.