El ‘babyboom’ de los hijos de Kempes

Antes de la década de los 70, la primera en la que El Matador se metió en el bolsillo a la afición, no había ni un solo «Mario Alberto» en la provincia de Valencia. En los 80 se dispararon y ahora hay 74

El ‘babyboom’ de los hijos de Kempes | LEVANTE-EMV

El ‘babyboom’ de los hijos de Kempes | LEVANTE-EMV

El impacto social del fútbol está fuera de toda duda. Hay partidos que paralizan ciudades y países enteros. También ídolos que vertebran el relato de generaciones enteras, dan nombre casi de por vida al reverso de sus camisetas y en algunos casos, hasta en el carnet de identidad. El de Mario Alberto Kempes es el ejemplo por antonomasia de impacto de un deportista en la sociedad valenciana, que a día de hoy no le discute como el mejor jugador de la historia de la entidad valencianista y que enciende las pasiones cada vez que se deja ver por el palco de Mestalla para ver un partido del equipo o en actos como el partido del Centenario, en el que fue el personaje central del festejo. Por no hablar de la legión de seguidores que sigue acudiendo a todas sus firmas de libros y demás tipo de eventos en València.

Su llegada en los años 70 acabó siendo una auténtica revolución. El mejor jugador del planeta, líder absoluto de una selección argentina que ganó la Copa del Mundo, jugaba en el Valencia CF. Y no solo eso, sino que lejos de ser el clásico futbolista que se marcha a ganar más dinero después de una actuación estelar en un gran torneo de selecciones, había llegado para quedarse y después de tomar el cetro mundial aupó de nuevo a los de Mestalla a la conquista de títulos, devolviendo al club un gran estatus a nivel europeo. La Copa del Rey prendió la mecha y tanto la Recopa como la Supercopa de Europa le hicieron inscribir su nombre en piedra en la memoria colectiva del valencianismo.

La afición copó las gradas con pancartas para ‘El Matador’ y la ciudad, que Kempes siempre ha tildado de «segunda casa» tras su Bell Ville natal, le acogió casi como un hijo predilecto. Algunos valencianistas, de hecho, brindaron el mayor de los honores y los homenajes al gran ídolo de la parroquia de Mestalla: llamaron a su hijo Mario Alberto. Lejos de ser un fenómeno aislado, los datos del INE reflejan que el número de personas con su nombre prácticamente se triplicó en Valencia de la década de los 70 a la de los 80.

Edad media de 41,6 años

En los años 60 ningún valenciano se llamaba Mario Alberto, sin embargo su final de década de los 70 llevó al nacimiento de los primeros 12. En los 80, por otra parte, nacieron otros 29, casi tres veces más. La ‘Kempesmanía’ se desató por completo, dando comienzo a una tendencia que es más normal a día de hoy con los ídolos globales del mundo del fútbol, la música o el cine de lo que lo era en aquella época. En los 90 y los 2000, por otra parte, nacieron 13 y 15 Mario Albertos más en Valencia, llevando la cifra total hasta los 74 ‘hijos’ de El Matador, que tienen una edad media de 41’6 años. Además de títulos, goles y alegrías, Kempes trajo a tierras valencianas hasta un nombre.

Fenómeno Aimar

Valencia no volvió a experimentar algo parecido hasta la llegada precisamente de otro argentino, Pablo César Aimar. También el INE refleja que hasta los 2000, en la provincia valenciana no vivía ni un solo Aimar -nombre común en el norte- y sin embargo en la primera década del siglo nacieron hasta 39, cifra que quedó incluso opacada los diez años siguientes, en los que nacieron hasta 103 niños con este nombre. En esta década, la cifra ya va por 32 en cuatro años. n