"Club y equipo deben tener una mentalidad ambiciosa"

El técnico se queda con dos momentos de estos últimos 365 días: el «sueño» de su fichaje y la «liberación» de la permanencia

Rubén Baraja.

Rubén Baraja.

Andrés García

Rubén Baraja celebró su primer aniversario como entrenador del Valencia enviando un mensaje de «exigencia» y «ambición» al equipo y al club. El Pipo es realista, tiene los pies en el suelo, pero está convencido de que es posible crecer desde el «trabajo», la «humildad» y sobre todo una «mentalidad ambiciosa». «Uno de los mensajes más potentes que podemos enviar es que desde nuestro trabajo y concepto de equipo tenemos que intentar hacerlo lo mejor posible en estos 14 partidos. En esta línea es donde el equipo puede ser más competitivo. Hay que afrontarlos con una gran mentalidad pensando en que queremos más, que queremos ser ambiciosos y esta es la mentalidad que tiene que tener este equipo y este club». Un discurso que choca en clave futuro con la toma de decisiones de Peter Lim de los últimos años.

Baraja avisa, pero su futuro no le quita el sueño. Toda su energía la concentra en el equipo. Si de algo está satisfecho en estos últimos 365 días es de la evolución de su equipo. «El año pasado fue mucho más complejo todo, pero este año viendo la evolución del equipo, las sensaciones son positivas, viendo a los jugadores jóvenes, estamos en un buen momento como equipo. Competimos bien, tenemos a veces más acierto o menos, pero a veces en general hemos de estar contentos. No hay que conformarse, ser ambiciosos e ir a más pero siempre con los pies en el suelo. Lo pasamos tan mal el año pasado, que ahora tenemos que disfrutar más del momento».

Baraja no quiere «frustraciones» con Europa. Su consigna no cambia a pesar de los 35 puntos: partido a partido. «Lo que no quiero es que haya frustración, que la gente esté cabreada por no ganarle a algún equipo cuando nuestro objetivo es otro. Es importante, que no se genere una frustración por ir por bajo de las expectativas generadas. Tenemos que tener pies en el suelo, humildad y conocer todo lo que hemos evolucionado».

Baraja se queda con dos momentos en su primer año como entrenador: el «sueño» de su fichaje y la «liberación» de la permanencia en el Villamarín. «Hay dos. El primer día, el día de San Valentín. Firmar por el equipo que tu quieres, me sentí revalorizado. Me dieron la oportunidad de entrenar en Primera. No había debutado en Primera. Era el equipo de mi vida y me dieron una oportunidad única en una situación de gran dificultad. Me dio un subidón. Y el otro fue conseguir el objetivo de estar en Primera. Sufrimos mucho pero lo conseguimos. Fue durísimo para todos a nivel personal, a nivel de club, a nivel de los jugadores, de las sensaciones. Y para nosotros fue una liberación».

Una de sus mayores satisfacciones es el crecimiento del equipo, la maduración de los ‘niños’ y el grupo que ha formado en el vestuario. «Ahora hay identidad, se sienten identificados, somos agresivos, valientes... Como él bien dice tenemos una identidad generada y todo aquel que quiera participar sabe lo que tiene que dar. Y lo están dando. Hay que ir al límite para acabar la temporada de manera extraordinaria, brillante, por encima de las expectativas que nos planteamos al inicio de la temporada. Eso dependerá de nuestra mentalidad. Los jóvenes han demostrado una personalidad y un compromiso por el club. Son la base del futuro». Baraja agradece el «apoyo de manera incondicional» de Mestalla. «Me parece extraordinario la comunión que existe entre el equipo y la gente». Para el vallisoletano, sus dos mejores partidos de su Valencia esta temporada fueron contra el Atlético y el Villarreal