Obligados (otra vez) a reinventarse

El Valencia de Baraja, tras el boquete dejado por Peter Lim en el equipo tras el mercado de invierno, recibe al colista Almería en Mestalla con la idea de volver a recomponerse y mirar de nuevo hacia posiciones europeas

Javi Guerra, en unentrenamiento del Valencia.

Javi Guerra, en unentrenamiento del Valencia. / F. Calabuig

Vicent Chilet

Vicent Chilet

Mestalla se reencuentra de nuevo con el Valencia, que recibe al colista Almería en un duelo marcado por el boquete que ha dejado en el vestuario y en el entorno del club la calamitosa gestión del mercado de invierno. En una temporada en la que estaba germinando un bloque joven y competitivo creado por Rubén Baraja pese a la tendencia desinversora marcada por Peter Lim, con una grada muy identificada con su equipo, el saldo de la ventana de fichajes golpea de nuevo al bloque. El Pipo ha perdido a Gabriel Paulista, central experimentado con una gran influencia sobre un plantel joven, y a cambio se ha desgastado en la petición por el fichaje no consumado de Rafa Mir. La única llegada es la de Peter Federico, un complemento para la banda que ayuda a paliar una de las demarcaciones más deficitarias en número de jugadores. Sin embargo, tras un mes de enero en el que la inmensa mayoría de clubes se han reforzado, queda un Valencia más debilitado. La sensación es familiar con la del verano de 2019. En un contexto positivo, de crecimiento, Lim desmantela el equipo.

El duelo de esta tarde contra el Almería será la primera prueba para comprobar en qué grado ha afectado la convulsión de Meriton Holdings Limited en el trabajo de orfebrería de Baraja con sus muchachos. Un grupo acostumbrado a crecer a la contra, desde la adversidad y con un grado de madurez impropio de la edad media de la plantilla. Otro de los aspectos será la reacción social. La buena trayectoria del equipo en los últimos meses había atenuado la intensidad de las protestas, con una pitada en el minuto 19 que había entrado en un lento declive, en una expresión de enfado protocolizada, como el medicamento que deja de hacer efecto al acostumbrarse el organismo a su consumo. LibertadVCF repartirá otras 20.000 cartulinas amarillas para que rebrote la rebeldía contra el máximo accionista. La hora del encuentro, a las 14 horas, puede condicionar el nivel de decibelios contra el palco.

Las consecuencias del mercado llegan en un momento decisivo para el Valencia, que tiene en su mano en las próximas semanas decidir a qué aspira. La frustrante derrota en el Metropolitano, con la imagen más autocomplaciente de los valencianistas en lo que se lleva de temporada, cortó una gran racha de cuatro victorias seguidas que habían situado al Valencia en la órbita de las posiciones europeas. El equipo ya ha demostrado capacidad para levantarse, como se vio ante el Athletic Club en Mestalla después del varapalo que supuso caer eliminado en Copa apenas unos días antes frente al Celta de Vigo. Sin uno de sus referentes en la zaga, el Valencia tendrá que volver a agarrarse a las buenas sensaciones de juego y a la generosa entrega con la que ha revertido los pronósticos de inicio de temporada.

Enfrente estará el Almería que es uno de los colistas más anclados en la última posición que se recuerdan en la historia reciente del campeonato. Con solo seis puntos en su casillero, logrados de seis empates (uno de ellos ante el Valencia), el equipo andaluz responde a la etiqueta de lobo con piel de cordero. Jugador por jugador, su nivel de inversión ha sido grande y muchos partidos se le han escapado de forma lastimosa, cuando no escandalosa. Así se vio recientemente en el Santiago Bernabéu, cuando las jugadas rearbitradas por el VAR fueron claves para que el Real Madrid levantase un 0-2 adverso. Es un conjunto con capacidad de hacer daño, que empieza a estar más liberado que angustiado por ser casi carne de Segunda división, y que visitará Mestalla en un momento de confusión para el joven equipo de Baraja, obligado de nuevo a reinventarse.