Ciencias de la Tierra

Descubren un antiguo mundo perdido en las profundidades de la Antártida

Antes del hielo estaban los ríos: un vasto sistema fluvial recorría el continente antártico hace más de 30 millones de años

El rompehielos de investigación Polarstern frente a un iceberg gigante en el mar de Amundsen: los científicos hallaron evidencias de un río gigante que cruzó la Antártida Occidental hace millones de años.

El rompehielos de investigación Polarstern frente a un iceberg gigante en el mar de Amundsen: los científicos hallaron evidencias de un río gigante que cruzó la Antártida Occidental hace millones de años. / Crédito: Johann Klages.

Pablo Javier Piacente

Un gigantesco sistema fluvial que existió hace millones de años en las profundidades del hielo antártico conformó un verdadero mundo hoy ya extinto: los científicos identificaron restos de un enorme río que existió hace aproximadamente 34 millones de años y dio vida a una zona que actualmente está dominada por grandes masas de hielo.

Investigadores de la Universidad de Bremen y del Instituto Alfred Wegener, Centro Helmholtz de Investigación Polar y Marina, en Alemania, junto con científicos de universidades e institutos alemanes, británicos, irlandeses y suecos, han concretado un importante hallazgo que se resume en un estudio publicado en Science Advances: descubrieron fuertes evidencias de la existencia de un sistema fluvial que cruzaba la Antártida hace entre 30 y 40 millones de años, formando parte de un escenario hoy inimaginable en el inhóspito continente blanco.

Una Antártida sin masas de hielo

Vale recordar que la Antártida no siempre fue una masa de tierra aislada y solitaria cubierta de hielo. Hasta hace alrededor de 100 millones de años, era la parte central del supercontinente Gondwana. Luego de su separación, la Antártida se estableció como un continente independiente. Sin embargo, no estaba dominada por el hielo y tenía un clima templado.

Más allá de su ubicación en el polo sur, las condiciones climáticas templadas fueron predominantes en la Antártida hasta el final del Eoceno, hace unos 34 millones de años. En ese momento, el continente fue atravesado por extensos sistemas fluviales: ahora, los científicos han identificado el más grande de estos sistemas, un río de enormes dimensiones que cruzaba todo el continente.

Sedimentos viajeros

Según una nota de prensa, el equipo de especialistas examinó muestras de sedimentos que obtuvieron del Mar de Amundsen, frente a la costa de la Antártida Occidental, durante una expedición del rompehielos de investigación Polarstern. Los análisis muestran que la mayoría de los minerales y fragmentos de roca en estos sedimentos no provienen de la Antártida Occidental, sino de las Montañas Transantárticas ubicadas en el borde de la Antártida Oriental, a miles de kilómetros de distancia.

Se trata de una cordillera que ha surgido desde finales del Eoceno, como parte clave de una grieta continental que se denomina Sistema de Rift, que actualmente divide al continente helado en dos masas bien diferenciadas: la Antártida Oriental y Occidental. Los especialistas explicaron que el levantamiento y la erosión de las Montañas Transantárticas produjo grandes cantidades de desechos, que el río descubierto en el nuevo estudio transportó a lo largo de una distancia de más de 1.500 kilómetros hacia el actual Mar de Amundsen, donde se recogieron las muestras.

Un río que aporta datos vitales

De acuerdo a un artículo publicado en Space.com, los investigadores realizaron un análisis de biomarcadores para determinar la cantidad de lípidos y azúcar en los sedimentos, y hallaron una molécula única que se encuentra habitualmente en las cianobacterias que viven en agua dulce. El hallazgo confirmó sus sospechas: un antiguo río fluyó alguna vez por todo el continente.

Además de aportar datos sobre las características de una Antártida que hoy no podemos imaginar, el descubrimiento puede arrojar luz sobre un evento climático extremo que ocurrió en el planeta durante el Eoceno medio-tardío, cuando la atmósfera se transformó drásticamente, generando una notable disminución en los niveles de dióxido de carbono. Esto derivó en el enfriamiento global que desencadenó la formación de glaciares, en una Tierra hasta entonces libre de hielo.

Referencia

A large-scale transcontinental river system crossed West Antarctica during the Eocene. Maximilian Zundel et al. Science Advances (2024). DOI:https://doi.org/10.1126/sciadv.adn6056

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