Estrechan el cerco sobre tres sospechosos de asesinar a una mujer que desapareció en Sagunt en 2019

El ADN ha permitido identificar a Loli Paul Sesé, cuyo fémur fue hallado el 31 de mayo de 2023 en las obras de demolición del pantalán del Port de Sagunt 

El principal encausado tenía una orden de alejamiento por malos tratos y estuvo en prisión por el quebrantamiento

La impotencia de las hijas de Loli al no poder recuperar el cuerpo de su madre

Ignacio Cabanes

Un fémur derecho incompleto. Ese es el único resto humano de Loli Paul Sesé, una mujer de 57 años desaparecida la Noche de San Juan del año 2019 en Sagunt, que sus hijas pudieron enterrar el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, en la más absoluta clandestinidad para no alertar a los sospechosos de su muerte. «Sentimos impotencia de pensar que mi madre sigue en la zona de la playa, bajo una obra, y que sus asesinos están libres como si nada», se lamentan en referencia al nuevo pantalán del Port de Sagunt, donde las investigaciones policiales apuntan que podría encontrarse bajo casi dos metros de capas de cemento y asfalto el resto del cadáver de esta víctima de violencia machista.  

Una intensa investigación de la Policía Nacional, por parte de agentes de la UFAM de Sagunt primero y posteriormente (desde noviembre de 2020) del grupo de Homicidios de València, ha llevado a poner bajo sospecha de tres hombres por su presunta implicación en el asesinato de Loli. Entre los investigados por su desaparición, y ahora por su muerte, figura el que en ese momento era su compañero sentimental y sobre el que pesaba una orden de alejamiento por malos tratos hacia ella, que incumplía de forma permanente y por la que Francisco L. G., de 67 años, llegó a estar cuatro meses en prisión.

Trabajos de demolición del pantalán en el punto donde fue hallado el fémur de Loli.

Trabajos de demolición del pantalán en el punto donde fue hallado el fémur de Loli. / Daniel Tortajada

La identificación por ADN tras cotejar el fémur hallado en las obras de demolición del viejo pantalán del Port de Sagunt el 31 de mayo del pasado año, con los perfiles genéticos tomados en su día a la madre y la hija menor de la desaparecida ha confirmado lo que los investigadores ya sospechaban desde un primer momento, que Loli no se marchó de forma voluntaria, como trataba de hacer creer a todo el mundo su pareja, sino que estaba muerta y, aunque con el resto óseo encontrado no se pueda determinar la causa exacta del fallecimiento, dados los numerosos indicios recabados contra los investigados se trataría de una muerte violenta de etiología homicida, como así lo hicieron constar en los numerosos oficios remitidos al Juzgado de Instrucción número cinco de Sagunt, encargado del caso.

Un huerto donde se aprovechaban de ella

Los otros dos investigados son dos amigos del compañero sentimental de Loli, con quien convivía en una casa del centro del Port de Sagunt desde hacía dos años. Se trata de Ignacio Ll. P., alias Patachula, de 55 años, que reconoce que habló con ella la misma tarde de su desaparición. Y de Santiago P. R., de 71, propietario de un huerto cerca del río Palancia donde solían acudir junto con la víctima.

La hija menor denunció su desaparición

Desde que en septiembre de 2019 denunció la desaparición de su madre, Alba -la hija menor- confiesa que siempre ha estado convencida de que Paco la había matado y había ocultado su cadáver. Él mismo se lo reconoció de forma indirecta cuando fue a recriminarle por la muerte de su madre al descubrir todas las mentiras que le había contado. «Lo siento mucho por lo que le he hecho a tu madre», le llegó a decir antes de echarla de allí y de que llegara la policía.

La pareja de Loli, con numerosos episodios de violencia machista hacia ella, en uno de los cuales llegó a perseguirla por la calle armado con un hacha, dio distintas versiones sobre su paradero. Inicialmente que si estaba hospitalizada, a otro testigo le dijo que en un centro de rehabilitación, y luego que se había marchado a Barcelona a cuidar a un anciano. Todo falso. Como que la última vez que la vio fue en abril, cuando hay testigos que lo vieron acompañando a Loli la misma tarde del 23 de junio de 2019 con un carro de Mercadona cargado con tablones de madera. A una de las últimas personas que habló con ella la mujer le dijo que había quedado con unos amigos para celebrar la Noche de San Juan. El único hueso que queda de ella apareció a escasos 150 metros de la playa del Port de Sagunt.

Una nave, punto caliente de la investigación

Precisamente junto al pantalán donde fue hallado su fémur se encuentra una nave que el principal investigado conocía perfectamente, donde trabajó junto a su padre y su hermano años atrás en la industria fallera.

Por si todos estos indicios fueran pocos, hay una conversación en la que uno de los investigados le confiesa a su pareja: «Le hemos dado un golpe a Loli y me han ayudado».

Loli Paul Sesé, la mujer desaparecida 2019 y cuyo fémur fue localizado el pasado verano.

Loli Paul Sesé, la mujer desaparecida 2019 y cuyo fémur fue localizado el pasado verano. / Levante-EMV