El párroco de Cullera investigado por homicidio alega que solo le presentó a la cuidadora “para ayudar”

El abogado de la defensa es el mismo que contrató el Arzobispado para personarse como acusación en el asesinato del canónigo

El párroco de Cullera investigado sale de los juzgados de Sueca acompañado por su letrado.

El párroco de Cullera investigado sale de los juzgados de Sueca acompañado por su letrado. / Loyola Pérez de Villegas

Aunque Jesús Manuel S. S., párroco de San Antonio de Abad de Cullera investigado por los presuntos delitos de extorsión y homicidio, todavía no se ha pronunciado formalmente ni ante la Guardia Civil ni hoy ante el juez instructor que lleva la causa por la muerte de José Félix Cirujeda, sí lo ha hecho a través de su letrado, el penalista Juan Molpeceres. “Mi defendido manifiesta abiertamente su perplejidad y su dolor. Según ha explicado fue un sobrino del anciano, de 91 años, quien acudió al párroco a pedirle que buscaran a una cuidadora, porque sentía que no podían con el cuidado de su tío. “El párroco se limitó a intentar ayudar con alguien que pudiera tener experiencia en el cuidado de ancianos y lo que hizo fue presentarlos”, remarca el letrado de la defensa. Junto al párraco también se encuentra investigada por estos mismos delitos una mujer de 62 años, Remedios S. P., a la que en tan solo 18 días cuidando al anciano logró que la nombrara heredera universal, como ha adelantado Levante-EMV.

El abogado, que es el mismo que el pasado mes de enero contrató el Arzobispado de València para tratar de personarse en la causa por el asesinato del canónigo emérito de la catedral, ha querido aclarar que si su cliente no ha declarado aún es aconsejado por él mismo, “ya que estamos en la primera fase de la instrucción, el Juzgado no ha practicado aún ninguna diligencia, y acabamos de acceder al procedimiento”.

Asimismo, señala que el párroco no tenía relación de amistad ni con el anciano ni con la cuidadora. A José Félix lo conocía desde dos años atrás por ser feligrés de la parroquia y con la evolución de la enfermedad, reclamaba la presencia del párroco para que le administrara los sacramentos. “Tampoco había relación de amistad con la cuidadora”, insiste el abogado, aunque hay pruebas recabadas por la Guardia Civil que confirman la relación entre ambos. Según sostiene la defensa, había conocido a la coinvestigada más de dos décadas antes, porque eran del mismo barrio de Albaida, localidad de nacimiento de ambos. De igual modo aclara que pese a que tienen el mismo apellido no les une ningún tipo parentesco. “La cuidadora había acudido a la Cáritas parroquial, donde le dijo que había estado prestando asistencia a otros mayores enfermos también en Cullera”, argumenta el abogado.

Por ello el párroco la propuso como una posible cuidadora y “puso en contacto a la cuidadora y el sobrino de José Félix, sin más, y sin conocer a qué acuerdo habían llegado”, matiza Molpeceres.

“La relación insistimos era como sacerdote, y cuando José Félix le llamó para informarle de que estaba muy enfadado porque su sobrino le había quitado los poderes y quería dejarle parte de su herencia, el párroco se negó rotundamente”, esgrime el abogado. Posteriormente el notario le comunicó que el anciano quería legar una cantidad económica de 6.000 euros y los enseres de la casa, pero el párroco de nuevo dijo que no, y no sería hasta después del fallecimiento que tuvo conocimiento del legado, porque no había recibido ya comunicación oficial, según las argumentaciones de la defensa. “A día de hoy seguimos afirmando que el párroco renuncia a todo. Confiamos plenamente en su inocencia y negamos que se le pueda atribuir ningún tipo de responsabilidad, ya que su única actuación ha sido asistirle como sacerdote, quedando en manos de la familia la relación con su cuidadora”, ha concluido en su escrito el abogado contratado para defender a este párroco de Cullera.