A prisión dos hombres por violar durante años a sus hijas de 12 y 13 años

Uno de los acusados, de 56 años, fue descubierto por otra de sus hijas cuando vio fotos de su hermana pequeña sexualmente explícitas al pasarle a su padre los archivos de un móvil viejo a uno nuevo

La otra niña acudió con su madre a denunciar después de confesarle la pequeña las agresiones sexuales de su padre

Las violaciones han crecido casi un 40 % en la C. Valenciana en el primer trimestre de 2024

Dos padres han sido enviados a la cárcel de Picassent por sendos juzgados de València como presuntos autores de la violación de sus hijas, dos niñas que hoy tienen 12 y 13 años. Ambos casos de pederastia intrafamiliar han sido detectados en un escaso margen de tiempo, pero no guardan relación alguna entre sí. Aunque el Ministerio del Interior no diferencia en las estadísticas de criminalidad -al menos, no en las que hace públicas- cuántos de los delitos sexuales se cometen sobre menores y cuántos dentro del seno familiar, lo cierto es que las agresiones sexuales no han dejado de crecer año tras año desde, al menos, 2018. En este primer trimestre, por ejemplo, la C. Valenciana ha registrado 521 delitos sexuales conocidos, de los que casi la quinta parte, 121, han sido violaciones. Los primeros han subido casi un 6 % y las segundas, un 39,1 %.

El primero de los casos, detectado en la ciudad de València, fue denunciado en la tarde-noche del domingo 5 de mayo por la madre de la menor, después de que la niña, que hoy tiene 12 años, confesase a su progenitora los abusos, con acceso carnal, que estaba sufriendo por parte de su propio padre. La madre acudió de inmediato a denunciar a un retén de la Policía Local de València, que Levante-EMV no detalla para preservar cualquier dato personal o geográfico que permita identificar a la menor y salvaguardar así su anonimato. Los agentes acudieron al domicilio, pero él ya no estaba, de manera que siguieron buscándolo toda la noche del domingo al lunes, sin éxito, ya que se mantuvo escondido.

Ese mismo lunes por la mañana, el presunto violador, de 46 años, acudió voluntariamente a una comisaría de la Policía Nacional de València, donde se identificó y entregó alegando que se sabía buscado. Un día después, el juzgado de Instrucción número 1 de València, en funciones de guardia, decretó su ingreso en prisión a instancias del fiscal. Además del testimonio de la niña, fue determinante la exploración del médico forense realizado la noche del domingo en el hospital de València al que fueron conducidas madre e hija.

Fotos pornográficas de su hija en el móvil

Apenas dos semanas después se producía el segundo caso, también en València. En esta ocasión, la denuncia la interpuso el hijo mayor, tras ser advertido por una de sus hermanas. Según la información a la que ha tenido acceso este diario con fuentes de toda solvencia, fue una hija del presunto violador quien detectó material pornográfico en su teléfono móvil del que era protagonista su hermana, de 13 años.

Al parecer, la adolescente estaba pasando los datos y archivos del teléfono viejo de su padre al nuevo, ya que el hombre no se aclaraba. Al examinar la galería, vio en ella varias fotos de su hermana pequeña, explícitamente sexuales, y acudió enseguida a hablar con la pequeña, quien, avergonzada, acabó confesando lo que llevaba sufriendo desde hacía casi dos años, cuando tenía 11.

El pederasta intentó negarlo

La joven le contó los hechos a su hermano mayor, quien decidió acudir de inmediato a una comisaría de la Policía Nacional y denunciar a su padre por las agresiones sexuales con acceso carnal a su hermana. El presunto agresor sexual, de 56 años de edad, fue apresado de inmediato y conducido al juzgado de guardia. El juez, titular del Juzgado de Instrucción número 20 de València, tomó la misma decisión: prisión provisional comunicada y sin fianza.

El magistrado tomó la decisión después de que lo instara la Fiscalía y a la vista no solo de la exploración de la menor, sino también de la evaluación forense del presunto autor, quien trató de escurrir el bulto alegando que todo era mentira y que las acusaciones obedecían a su mala relación con su hijo mayor.

Pero las pruebas en su contra y el testimonio de la pequeña eran irrefutables, así que el juez decidió enviarlo a la cárcel por un delito continuado de agresión sexual a menor de 16 años con acceso carnal.

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