Asignatura pendiente en las aulas

Las faltas de ortografía se disparan: "Hay alumnado que no pone la tilde ni en 'camión'"

El rigor de los textos de los estudiantes sufre en la última década un descenso notable, que los docentes achacan a la la escritura rápida de las redes sociales y al escaso hábito lector

Una profesora corrige errores en un texto escolar.

Una profesora corrige errores en un texto escolar. / CARLOS MONTAÑES

Olga Pereda

“Hay alumnado que no pone tilde ni en camión”. Después de diez años corrigiendo los exámenes de lengua de selectividad, el profesor universitario Asier Romero asegura que hay un “descenso notable” tanto en la calidad como en el rigor ortográfico de los textos que escriben los estudiantes, cuyo talón de Aquiles es la tilde.

Profesor de la facultad de Educación en la Universidad del País Vasco (UPV), Romero afirma que hay dos motivos principales por los que la escritura normativa (la que respeta las normas) se ha convertido en una asignatura pendiente del sistema educativo. “Los jóvenes escriben más que nunca, pero lo hacen en redes sociales y no les preocupa el rigor sino que el mensaje se entienda”, subraya. El otro factor que explica el descenso en la calidad de la ortografía es, continúa, el escaso hábito lector, especialmente en la franja entre los 15 y los 30 años.

"Ponemos el foco en los estudiantes, pero ¿cuántos adultos serían capaces de escribir medio folio sin cometer ni una sola falta de ortografía?"

Xavier Breil

— Profesor de secundaria y creador de la plataforma Aula Dictapp

Aula de secundaria en un instituto. La profesora de lengua pide una redacción de medio folio sobre un tema cualquiera. De los 30 alumnos y alumnas, solo uno escribe sin cometer ni una sola falta de ortografía. ¿Estamos delante de un problema enquistado del sistema educativo? Sí, pero el atasco con la escritura normativa no es solo de los escolares, también lo es de sus familias. “Ponemos el foco en los estudiantes, pero ¿cuántos adultos serían capaces de escribir medio folio sin cometer ni una sola falta de ortografía?”, pregunta Xavier Breil, profesor de secundaria de la asignatura de lengua y creador de la plataforma web Aula Dictapp.

“Ninguno”, responde Fernando Valdés, presidente de la Unión de Correctores (UniCo), poniendo como ejemplo el email que ha recibido por parte de la periodista que escribe estas líneas para mantener una entrevista. “’Hola Fernando, buenos días’ es una expresión mal escrita. Fernando es un vocativo y, por lo tanto, después de 'hola' tiene que ponerse coma. Es decir, lo correcto es escribir ‘Hola, Fernando, buenos días’”, detalla el corrector profesional, que añade que los errores más habituales son los de puntuación (uso de mayúsculas y comas). También es muy frecuente escribir mal palabras como 'a bordo', 'sinfín' y 'sobre todo'.

"Hay erratas en todas partes. También en los libros de texto o en las fichas que los profesores mandan a los alumnos"

Fernando Valdés

— Presidente de la Unión de Correctores

“Escribimos mucho más que antes y, por lo tanto, cometemos más errores. Yo me estremezco ante los mensajes de WhatsApp que recibo”, añade Valdés, que pone de manifiesto que los estudiantes y los adultos escriben mal, entre otros motivos, porque están bombardeados de textos con errores gramaticales. “Hay erratas en todas partes, desde la publicidad que vemos en las marquesinas y los periódicos hasta en los libros. También en los de texto o en las fichas que los profesores mandan a los alumnos”, concluye el presidente de UniCo, que reconoce que la solución pasa no solo por conocer las reglas gramaticales sino también por “leer textos que estén corregidos”.

Los errores más frecuentes

En colegios e institutos, la mitad de los errores (51%) que cometen los estudiantes son no ortográficos. Es decir, son erratas de teclado. El estudiante, delante del ordenador, se equivoca de tecla y, por lo tanto, de letra. También están incluidos en esta categoría otras erratas como, por ejemplo, poner una coma, dejar un espacio en blanco y seguir escribiendo (las comas van siempre pegadas a la última palabra y luego es cuando se deja el espacio en blanco).

La otra mitad de las faltas son ortográficas. En esta categoría, los errores más habituales (30%) corresponden a la acentuación general. Eso sucede en todas las etapas educativas, desde primaria hasta bachillerato y FP. Así se desprende de un estudio elaborado en el curso 2022-23 entre el alumnado de más de 200 colegios y llevado a cabo por la plataforma web Aula Dictapp, que analizó los 523.382 errores registrados. Equivocarse con la b y la v (9%), no poner bien las mayúsculas (6%) y usar mal la h (6%) son otros de los errores más frecuentes.

'Haber' y 'a ver'

Otro informe elaborado por la editorial Rubio reconoce que las palabras con las que más nos liamos son 'haber' y 'a ver', 'halla' y 'allá', y 'hecho' y 'echo'. “Cada vez cometemos más faltas por dos motivos: desconocimiento de las reglas ortográficas y dejadez”, subraya el estudio.

La competencia comunicativa, oral y escrita, afecta a todas las asignaturas, no solo lengua. Sin embargo, el profesor Romero, de la UPV, critica que muchos docentes de Química o Matemáticas no valoran tanto la escritura normativa y pasan por alto fallos de ortografía que, en su opinión, deberían ser penalizados. “Tenemos un grandísimo problema con la ortografía”, insiste el docente.

"Las faltas de ortografía solo se corrigen leyendo. Cuanto más lees, mejor escribes"

Carlos Elías

— Catedrático

“Las faltas de ortografía solo se corrigen leyendo. Cuanto más lees, mejor escribes”, sentencia el catedrático e investigador Carlos Elías, que no detecta faltas graves entre su alumnado de último año de Periodismo en la Universidad Carlos III (Madrid). “Veo deficiencias en lectura porque tienen más cultura audiovisual que literaria, pero son chicos y chicas de cierto nivel y es normal que escriban bien”, añade tras dejar claro que la buena ortografía implica un estatus social y cultural y, por lo tanto, económico.

Poner atención y repasar

Que los alumnos y alumnas escriban respetando las normas depende de varias cosas. “La primera es dominar la ortografía. Y la segunda, poner atención, valorar la norma y repasar el texto”, explica el profesor Breil, que ha creado la herramienta Aula Dictapp con el objetivo de llegar a las escuelas y mejorar el nivel de escritura de los chavales. “No solo hay que saber qué hacen mal sino por qué”, explica el docente, que recalca que la ortografía, incluida la acentuación, tiene mucho de arbitrario

“Hay muchas teorías que explican cómo se aprende ortografía. Una de ellas es que se aprende después de ver muchas veces la palabra bien escrita. Otra es el razonamiento a partir de las normas. Hace décadas, la lengua escrita era más escasa. Ahora escribimos mucho más. Y también han aumentado los espacios en los que escribimos de manera informal, como las redes sociales. Todo es rápido, veloz e instantáneo. Los estudiantes saben distinguir cuándo están delante de un trabajo escolar o un mensaje de WhatsApp, pero la escritura correcta ha perdido cierto prestigio porque lo que se prima es la rapidez”, concluye el profesor Breil.

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