El obispado de Plasencia lanzó la noche de este lunes un comunicado oficial en el que lamenta "el escándalo y confusión" causado por la bendición este fin de semana de una pareja gay en la localidad de Miajadas. En su nota, matiza que en ningún momento se trató de una boda, ni hubo "intención expresa de simular sacramento".
El obispado asegura en su comunicado que las formas de la ceremonia "contravinieron claramente" lo dispuesto por la Declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, "algo que no podemos aprobar". Para la diócesis placentina, en la celebración de Miajadas hubo "una aplicación incorrecta de la declaración", que es lo que, en su opinión, ha generado "confusión".
El obispado no niega en su nota el valor de las bendiciones, tal como reconoció la Iglesia en la citada declaración, aunque precisa que las mismas se tienen que celebrar "en el contexto y forma" marcados por dicha instrucción.
El Vaticano aprobó en diciembre que los sacerdotes católicos puedan administrar bendiciones a las parejas del mismo sexo, pero siempre y cuando dichas bendiciones no sean parte de un ritual o liturgia de la Iglesia.