Verano: por qué es peligroso para las personas mayores

El doctor Juan Ramón Doménech, geriatra del Centro Médico Quirónsalud Mercado de colón, alerta de que el calor extremo puede suponer una “amenaza importante para la salud”

Una persona mayor se refugia del sol en Benidorm.

Una persona mayor se refugia del sol en Benidorm. / David Revenga

Sara Rodríguez

Llega el verano y, con él, las altas temperaturas. La Comunitat Valenciana fue en 2023 una de las regiones de Europa donde la población sufrió más días de estrés térmico por fuerte calor, con hasta 40 jornadas con una sensación térmica de entre 38 y 46 grados entre los meses de junio a septiembre, según el informe Estado del Clima en Europa (ESOTC). Esto supone un impacto innegable para la salud de la población, por lo que ante la llegada inminente de la subida de los termómetros es crucial tomar medidas preventivas, especialmente sobre las personas mayores.

“El calor extremo puede suponer una amenaza importante para la salud por su efecto sobre el estado de hidratación y situación hemodinámica del individuo, que puede generar vasodilatación, reducción de las cifras de presión arterial e incluso pérdida de conciencia y muerte en casos extremos de golpe de calor”, detalla el doctor Juan Ramón Doménech, geriatra del Centro Médico Quirónsalud Mercado de Colón

De hecho, la asociación entre altas temperaturas e incrementos en la morbimortalidad está más que demostrada. El calor elevó las cifras de mortalidad el pasado verano en la Comunitat Valenciana con una anomalía de 200 fallecidos adicionales por las altas temperaturas entre el 15 de junio y el 23 de agosto, según los datos del Centro Nacional de Epidemiología. De esta manera, aunque los efectos “suelen ser leves y llevaderos”, añade el experto, “es importante conocer aquellas situaciones especialmente amenazantes para evitar efectos graves”.

Factores de riesgo

“Las personas mayores disponen de una especial vulnerabilidad al calor en términos de menor capacidad de adaptación y por lo tanto de mayor riesgo de situaciones de gravedad. Una menor capacidad de termorregulación, la menor sensación de sed y por tanto menor hidratación, las enfermedades crónicas, especialmente las neurodegenerativas y la toma de múltiples fármacos, en particular aquellos que tienen efecto sobre la presión arterial, son factores de riesgo que les confieren más posibilidades de padecer un golpe de calor”, explica Doménech.

Así, concluye el doctor, “a igual temperatura, el mayor tiene más riesgo que la persona joven de efectos adversos por su menor capacidad de adaptación”.

Entre las enfermedades que se pueden sufrir un mayor impacto en verano, el experto destaca que cualquier proceso crónico “puede verse afectado en su evolución cuando estamos expuestos a los efectos del calor, especialmente si este es severo”. “Debemos insistir en la predisposición que generan algunas enfermedades a tener una adaptación reducida. Como aquellos casos que padezcan enfermedades neurodegenerativas y que tomen fármacos con efecto hipotensor o diurético”, incide. 

Síntomas ante los que hay que estar alerta

Una vez se conocen los factores de riesgo hay que estar muy atentos a la sintomatología. “Puede ser muy variada y en general debemos estar atentos a cualquier cambio o síntoma que se produzca en el mayor. La situación de hipertermia sería un signo extremo de golpe de calor, pero también los cambios en el estado de conciencia, como obnubilación o incluso mareo, las náuseas o vómitos, la debilidad y la cefalea”, comparte Doménech. 

Una persona mayor bebe agua para combatir el calor.

Una persona mayor bebe agua para combatir el calor. / Freepik

Como consejo, el doctor recomienda “tener un buen aporte de líquidos, más aún teniendo en cuenta que los mayores tienen menor sensación de sed de forma fisiológica”, las comidas “deben ser ligeras”, “evitar la exposición en horas de mayor intensidad del calor”, así como el ejercicio físico en esa franja horaria y “protegerse la cabeza con el uso de sombreros”. “Las recomendaciones no varían respecto a aquellas dirigidas a la población general, si bien, debemos estar más atentos y cumplimentarlas con mayor rigor“, concluye.