La Safor baja de 10.000 parados tras 16 años pero agrava la brecha de las mujeres

El paro encadena cinco meses consecutivos de descenso en la comarca de la Safor. Los últimos datos que recogen la situación a finales del pasado mes bajan de los 10.000 desempleados por primera vez en 16 años. En concreto, el mes de junio contabilizaban un total de 9.948 personas inscritas como demandantes. Se trata de una nueva mejora de las cifras, que sitúa el paro en la comarca en su mejor nivel desde el año 2008. En junio de ese ejercicio sumaban 9.001. Después vino la crisis y todo lo que ya se sabe.

Es más que evidente que la comarca ya está, a nivel laboral, plenamente recuperada de aquello y también con una notable mejoría del mazazo económico que supuso la covid. Un dato: en aquel fatídico 2020 se llegaron a registrar más de 15.000 parados, por lo que en cuatro años han dejado de figurar como demandantes alrededor de 4.000 personas.

De hecho, las cifras mejoran de forma sustancial respecto al mes de junio del año pasado, puesto que han dejado de figurar como inscritas en las oficinas de empleo 950 personas, lo que supone un descenso del 8,72%.

Como es habitual, son los servicios los que tiran del empleo en la comarca. Y es que de los 243 parados menos registrados durante el mes de junio pasado, 213, un 87,6%, salieron de este sector. Solo el comercio y la hostelería suman casi 4.000 demandantes.

Si bien siempre supone una buena noticia que los datos de desempleo se reduzcan existe un dato preocupante y es del 65% de las personas que ahora mismo buscan trabajo son mujeres. Son 6.030, por los 3.918 hombres inscritos.

La brecha entre los géneros se ha ido agrandando poco a poco en los últimos años. En junio del 2023 las mujeres suponían el 63% de los demandantes, un 2% menos. En 2008 estaba mucho más igualado, ya que el porcentaje era del 52% de mujeres.

Datos de contratación

Durante el mes de junio se formalizaron un total de 4.700 contratos, un descenso del 12,69% respecto al año anterior. De estos, 2.243 fueron de carácter indefinido, mientras que 2.438 eran temporales, ya que en la mayoría de los casos están destinados a cubrir las vacaciones en muchas empresas.

Otro dato importante a tener en cuenta es que tanto junio como julio son meses en los que muchos maestros y profesores causan baja en sus contratos después de haber completado los periodos en los centros educativos en los que han trabajado durante el curso.

Para el secretario comarcal de UGT, Raül Roselló, «es evidente que se puede mejorar también la propia calidad de los contratos indefinidos, perfeccionando algunas características y usos del contrato fijo discontinuo, y ampliando la protección frente al despido para que se adecue a los criterios de la Carta Social Europea Revisada, tal y como denunció UGT ante el Comité Europeo de Derechos Sociales».n