Un trabajo dulce pero sin descanso

Los propietarios de la parada 'Especias y caramelos Gregori' trabajan seis de siete días en mercados de la Safor y de la Marina y señalan que la base del éxito es la cercanía con el cliente pero que ni así pueden ahorrar en este negocio

Fani Alemany posa con las casi 50 variedades de caramelos que vende en su parada.

Fani Alemany posa con las casi 50 variedades de caramelos que vende en su parada. / 5CQ

Sonia Codina

Fani Alemany Alemany (Oliva, 1964) y José Gregori Ángel (Oliva, 1966) abrieron en el año 2000 la parada 'Especias y Caramelos Gregori' en el espacio número 1 del mercado de Oliva. Ahora, casi 25 años más tarde, recorren todos los días muchos de los mercados de las comarcas de la Safor y de la Marina como forma de vida.

De siete días que tiene la semana, el matrimonio pasa seis días en mercados. "No paras nunca". Lunes es el único día que no trabajan y, aun así, lo utilizan para comprar la mercancía que venderán durante la semana. Martes montan la parada en Benifairó de la Valldigna, miércoles en Ondara, jueves en Pego, viernes en Oliva, sábado en Gandia y los domingos en la playa de Gandia. Seis días sin descanso en los que "no pierdes el campanario (de Oliva) de vista pero te levantas muy pronto. A las 4:30 suena la alarma y a las 6 ya estamos en el puesto", aseguran los propietarios.

José Gregori trabajaba de albañil cuando le dieron la mala noticia de que sufría de vértigo. Este síntoma le impedía continuar con su trabajo porque podía causarle problemas, ya que subía a andamios, cargaba peso y pasaba horas a la intemperie. Su mujer, Fani Alemany, trabajaba con un hombre que tenía un negocio ambulante de venta de caramelos y especias pero quería dejarlo. Y así, el matrimonio olivense encontró una alternativa de trabajo y una fuente de ingresos que mantendrán hasta su jubilación. Empezaron con un puesto de 4 metros en el que vendían solo caramelos y especias y ahora han aumentado sus productos con casi 50 variedades de dulces, especias, bollería y miel de proximidad.

'Especias y Caramelos Gregori' ocupa el puesto número 1 del mercado de Oliva.

'Especias y Caramelos Gregori' ocupa el puesto número 1 del mercado de Oliva. / 5CQ

El matrimonio olivense comenta que, al principio, iba tan solo a tres mercados y podía vivir bien, sin embargo, el cambio de la peseta al euro, en 2002, les trastocó los planes. "Con la peseta se ganaba mucho más y trabajábamos menos, la venta ha ido bajando y nosotros hemos ido cogiendo más pueblos durante más días", narran los gerentes del negocio sobre su trayectoria en los mercados. A partir del cambio de moneda, los propietarios de 'Especia y Caramelos Gregori' notaron una bajada en los ingresos que recibían en tres mercados y poco a poco fueron planteando coger más y más mercados para poder costear todos los gastos.

Sin embargo, ni con seis mercados semanales pueden llenar de billetes el bote de caramelos. "Es un trabajo en el que vives, comes y pagas, pero ahorrar y hacerte rico no puedes", relatan los propietarios. Gregori y Alemany confiesan que en buenos días de mercado pueden conseguir "un beneficio de hasta 200 euros, a los que tienes que descontar gasolina, licencia del mercado y la mercancía. Pero también hay días en los que piensas que si te hubieras quedado en casa habrías ganado más dinero".

Además, marcan el cambio de día del mercado como un factor de pérdida en su negocio, por ejemplo cuando el mercado del viernes en Oliva cambia su celebración al jueves porque se celebra alguna feria o desfile a lo largo del paseo. "Ya pierdo el jueves en Pego y en Oliva tengo la mitad de afluencia". Los comerciantes comentan que pierden "mercado y medio" de ganancias con estos cambios de día. Además, comentan que la situación se agrava si no se les comunica con tiempo de antelación: "Con la feria gastronómica de este año nos avisaron el día de antes y no pudimos ni avisar en Pego de que esa semana no iríamos ni en Oliva de que íbamos el jueves; mucha gente pasó el viernes y vio la feria gastronómica montada en lugar del mercado".

Trabajar en la venta ambulante en mercados es un trabajo constante, en el que José y Fani son sus propios jefes y pueden elegir su propio horario y vacaciones. Sin embargo, no quieren dejar ni un día la parada sin montar. Si quieren cerrar la parada y tomarse vacaciones, el matrimonio necesita irse muy lejos para no sentir la necesidad de volver el viernes a Oliva para hacer el jornal del día. El matrimonio cuenta que tienen la costumbre de irse una vez al año a Benidorm, y que aun así "el viernes veníamos a hacer el mercado y luego volvíamos por la tarde a Benidorm, así por lo menos recuperábamos lo que nos gastamos en las vacaciones".

José Gregori y Fani Alemany atienden a una clienta.

José Gregori y Fani Alemany atendiendo a una clienta. / 5CQ

La dulce receta del éxito

El matrimonio Gregori-Alemany tiene casi 25 años de experiencia cara al público y aconsejan tratar bien al cliente como secreto del éxito. "La mejor publicidad es la boca: ser amable con el cliente, siempre ir con una sonrisa, atender bien y hacer lo máximo que puedas aunque te duela la cabeza". El matrimonio cuenta que se fueron de viaje a las islas Canarias hace unos años e, incluso allí, les reconocieron. "¡Carameleros!", un hombre de La Font d'en Carròs se alegró de ver a esos dos propietarios que siempre ofrecen sonrisas junto a sus productos.

Esa filosofía de la cercanía es la que ha hecho que Fani y José sobrevivan en el negocio de la venta ambulante y, no tan solo eso, que se hayan creado una reputación entre los pueblos de las comarcas. Aunque exista competencia en otros mercados, este negocio familiar tiene entre 10 y 15 clientes fijos en cada pueblo y que "montemos aquí o en la Conchinchina, vendrían a buscarnos". Los dos primeros años del negocio era difícil hacer frente pero con el paso de los inviernos, la gente se acostumbra a ver tu puesto en el mismo lugar. "Cuando te creas una clientela, la vas a extender toda la vida".

Fani y José, que tras tantos años ya son unos expertos de los mercados ambulantes, explican que donde más se vende suele ser los mercados que tienen un recorrido recto porque el cliente entra por un extremo y sale por el otro recorriendo todas las paradas. "El mercado que tiene calles a derechas e izquierdas no vale porque la gente va a las calles que le interesan y no a todas". De hecho, sus mercados favoritos son el de Pego, Gandia y su playa pero, sobre todo, el de Oliva: "El paseo tiene árboles que hacen buena sombra, lo que hace que la gente quiera volver porque no pasan calor, está en pleno pueblo y es todo recto".

El mercado de Oliva es uno de los favoritos por los comerciantes.

El mercado de Oliva es uno de los favoritos por los comerciantes. / 5CQ

Sin embargo, los propietarios de la parada número 1 del mercado pronostican que los mercados algún día desaparecerán, al menos en pueblos pequeños. "El mercado va a menos, los que aguantarán son los grandes, pero los pequeños acabarán desapareciendo". Ponen el ejemplo de Palmera, que tiene solo una o dos paradas en un mercado semanal. Fani y José comentan que el perfil de compradores es de pensionistas y que los jóvenes ya "no van a los mercados porque están acostumbrados a grandes plataformas". Sin embargo, quien vaya en busca de caramelos podrá encontrarlos en 'Especias y Caramelos Gregori', la parada que está en todos los mercados pese al frío, al calor, las festividades y las adversidades. Al menos, durante para lo que queda de década, después ya veremos si se jubilan.