Palma pide agua de la Mancomunitat de la Safor para acabar con el problema de contaminación

El ente comarcal ya pidió en 2020 un incremento del caudal de los pozos de Villalonga, pero la Confederación del Júcar aún no ha respondido

Los vecinos vuelven a recurrir al agua embotellada ante otro desprendimiento en el pozo Serra d’Ador

La Mancomunitat, que no puede sacar más de 2 hectómetros cúbicos al año, ha solicitado elevar la cifra a 3,3

El pozo de Villalonga que suministra agua a 13 municipios de la Safor.

El pozo de Villalonga que suministra agua a 13 municipios de la Safor. / Levante-EMV

Sergi Sapena

El Ayuntamiento de Palma de Gandia, un municipio que desde hace años sufre problemas de suministro de agua potable debido a la contaminación de los acuíferos por nitratos y productos nocivos usados en la agricultura, considera que la solución definitiva pasa por conectar la red pública a la de la Mancomunitat de la Safor, que se abastece desde dos perforaciones situadas en el Pla de la Font, en el término de Villalonga.

En ese sentido, la pasada semana ya se produjo un primer encuentro entre la alcaldesa de Palma, Paula Femenia, y el concejal delegado del ciclo hidráulico, Aldolf Minyana, con el presidente de la Mancomunitat, Salvador Femenia, y otros representantes de esa institución.

Palma se alimenta desde hace cuatro años desde el pozo Serra d’Ador, que ha sufrido problemas por desprendimientos subterráneos en las últimas semanas y que ha obligado a repartir garrafas de agua para beber y cocinar. Ayer se volvió a informar a la población que evite consumir el líquido que sale por los grifos. El pozo del que históricamente se ha tomado el agua, llamado de Sant Miquel, es el que garantiza el suficiente caudal, pero los elevados índices de nitratos y de herbicidas impiden que se use para beber.

Analizada la situación, Palma interpreta que lo más sencillo sería ejecutar un enganche a la red de distribución que parte de Villalonga y que lleva agua a trece municipios de la comarca, pero para hacerlo posible hay que superar otro problema.

Según señala el presidente de la Mancomunitat, la concesión de agua que en su día fue aprobada por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) es para un máximo de dos hectómetros cúbicos anuales, un volumen que puntualmente se rebasa para garantizar el suministro a todas las localidades adheridas al sistema. Por lo tanto en este momento no resulta viable añadir nuevos municipios. 

Justo por eso, hace tres años la Mancomunitat ya se dirigió a la CHJ solicitando un incremento de la concesión y poder elevar la extracción de agua hasta los 3,3 hectómetros cúbicos anuales, pero esa petición se ha quedado sin respuesta.

Vista la situación, el presidente de la Mancomunitat y la alcaldesa de Palma acordaron concertar una reunión con los máximos responsables de la CHJ, que tendrá lugar este próximo jueves, a quienes solicitarán la respuesta a la demanda de más agua, dado que los pozos de Villalonga suministran con bajos índices de nitratos y sin la presencia de elementos químicos que puedan ser nocivos para la salud. En el momento en que eso ocurra, y siempre que la respuesta de la CHJ sea positiva, el ayuntamiento encargaría la redacción del proyecto para la conexión de su red, que podría realizarse en varios puntos del trazado. Los más cercanos son el término de Potries y la rotonda de la urbanización Monterrey, en el término del Real, donde justamente ahora se ultima un proyecto de canalización para llevar allí el agua de Villalonga.

Mejoras a la vista

El sistema de captación y extracción de agua para el consumo humano que parte de los pozos de Villalonga es un proyecto que se remonta a más de treinta años, y ahora está en fase de mejora. A petición de la Mancomunitat de la Safor, la Generalitat ya tiene aprobada una consignación de más de un millón de euros para electrificar las bombas, que ahora funcionan con un motor de diésel, así como la construcción de un depósito de cabecera con capacidad para más de dos mil metros cúbicos de agua. Las obras comenzarían en unos meses y ambas actuaciones no solo garantizarán el suministro, sino que también reducirán el coste de la extracción.

La alcaldesa Femenia, con Andrés y el concejal Minyana en el pozo de Sant Miquel

La alcaldesa Femenia, con Andrés y el concejal Minyana en el pozo de Sant Miquel / Levante-EMV

Pau Andrés pide a la diputación que ayude al ayuntamiento

Visto que, como es obvio, el suministro de agua potable es una obligación de los ayuntamientos y que la prestación de ese servicio es esencial, el Ayuntamiento de Palma ya se está preparando para solicitar ayudas económicas y poder ejecutar el proyecto que considere más adecuado para acabar con el problema de la no potabilidad del líquido. De eso hablaron representantes municipales y el de Compromís en la Diputació de València, Pau Andrés, que estuvo en esta localidad interesándose por las soluciones a este municipio de 1.500 habitantes. 

Según indica el consistorio, Pau Andrés transmitió a las autoridades locales que el grupo de Compromís en la Diputación exigirá que colabore con el ayuntamiento porque la institución provincial «es el organismo encargado de auxiliar a los pueblos de la provincia» y, consiguientemente, «debe destinar una partida presupuestaria para desarrollar las actuaciones necesarias y adecuadas que den solución definitiva a la falta de suministro de agua potable en la población de Palma de Gandia». 

Porque, según Andrés, «el agua es un bien indispensable para la vida humana y las administraciones deben garantizar a todas las personas el derecho al agua potable y a un sistema de saneamiento adecuado».

Pau Andrés, con la alcaldesa Femenia y el concejal del ciclo del agua, Adolf Minyana, se desplazaron a varios puntos, entre ellos el pozo de Sant Miquel, que ahora vuelve a suministrar a Palma con agua que no es potable.