Los chiringuitos queman la política de Oliva

El enfrentamiento entre el concejal de Turismo y la líder del grupo socialista deriva en denuncias ante la Guardia Civil

Ana Morell publica fotos de las vacaciones de Salvador Llopis y este responde fotografiando su coche a la puerta de casa

Ana Morell y Salvador Llopis

Ana Morell y Salvador Llopis / Levante-EMV

Sergi Sapena

La adjudicación de los chiringuitos de verano en las playas de Oliva, cuyo procedimiento ha quedado manchado por presuntas irregularidades cometidas por varias de las empresas aspirantes a gestionar esos negocios, ha encendido la política de Oliva solo cuatro meses después del cambio en el Gobierno local.

El último episodio en el que ha desembocado esa polémica es la denuncia que el esposo de la portavoz del PSPV-PSOE, Ana Morell, ha interpuesto en el cuartel de la Guardia Civil de Oliva contra el concejal de Turismo, Salvador Llopis, del grupo Unión de Ciudadanos Independientes (UCIN), traspasando así el ámbito de lo político y ocupando el de lo personal.

Todo radica en el hecho de que el PSPV-PSOE, y en particular Ana Morell, que desempeñó el cargo de vicealcaldesa de la ciudad en el pasada legislatura, considera que Llopis es responsable, en calidad de concejal de Turismo, de no haber actuado inmediatamente después de tener conocimiento de las irregularidades cometidas por algunas empresas en el proceso de licitación y adjudicación de los chiringuitos de la playa. Como señaló en la rueda de prensa ofrecida el pasado martes, Morell entiende que Llopis, junto al resto del Gobierno local que forma con Projecte Oliva (PRO), tendría que haber abierto una investigación en junio pasado, cuando una empresa que se sintió perjudicada presentó un recurso, finalmente aceptado por el ayuntamiento, en que describía con todo lujo de detalles las «prácticas colusorias» para quedarse un chiringuito pagando la menor cantidad económica posible.

Metida en esa crítica, Morell reprodujo en su perfil de facebook fotografías que el propio Llopis colgó con personas que son titulares de las empresas que han gestionado otros chiringuitos de la playa a los que se va a investigar para determinar si también han actuado fraudulentamente. Las fotografías corresponden al periodo de vacaciones de Llopis que compartió en playas del Caribe con algunos de los empresarios y sus familias. Junto a esas fotografías, la líder socialista olivense escribió: «Mientras se investigan prácticas fraudulentas de los chiringuitos, el concejal de Turismo se va de vacaciones al Caribe con los mismos empresarios que están siendo investigados. Y, encima, la alcaldesa lo nombra como instructor de la investigación. Eso es como poner el zorro al cuidado del gallinero».

Aunque la concejala destaca en su escrito que no son fotografías obtenidas de forma oculta, sino que habían sido previamente publicadas por Llopis, al concejal de Turismo ese gesto no le sentó nada bien y en la tarde del pasado jueves acudió con su motocicleta a la calle donde vive Morell y se paró para tomar fotografías de su coche, con especial insistencia en la matrícula, según se relata en la denuncia. En el interior del vehículo se encontraba una de las hijas de la concejala, y por eso el marido advirtió a Llopis sobre el uso de esas imágenes. A renglón seguido ambos mantuvieron una trifulca verbal que ha acabado en la denuncia por amenazas veladas interpuesta ante la Guardia Civil.

Un conflicto que también afectó a la campaña electoral

El conflicto, si así puede llamarse, entre el Ayuntamiento de Oliva y algunos empresarios de los chiringuitos de la playa de Oliva se remonta a mucho más de la presenta legislatura.

Sin ir más lejos, durante el proceso de licitación y adjudicación de esos establecimientos, que coincidió con la campaña de las elecciones municipales del pasado mayo y la cita con las urnas, se generó una auténtica guerra en las redes sociales a cuenta de si el anterior Gobierno local, de Compromís y el PSPV-PSOE, iban a permitir que se montaran estos populares establecimientos.

Los comentarios derivaron poco después en veladas y no tan veladas peticiones para que los ciudadanos no votaran «a rojos y amarillos», en clarísima referencia al PSPV-PSOE y Compromís, y sí al resto de formaciones políticas.

Obviamente esos comentarios son legítimos y, finalmente, fueron otros partidos, en este caso PRO y UCIN, los que pudieron formar el actual Gobierno local.